6 de diciembre de 2011

Dexter: Seguir a Gellar

Creer en Dios es curioso. Una existencia divina y superior que sirve tanto para resolver preguntas sin respuesta, como para aparecer como apoyo moral y poderoso en circunstancias cuestionables. Están entonces las personas a las que se les inculca la fe desde que tienen uso de razón y las que descubren la religión en etapas más avanzadas de su vida. Por supuesto, también se tiene que señalar a aquellos que son bautizados —o cualquier otra ceremonia de iniciación en función a la religión— y que cuando maduran se desprenden de ello. Cual sea el caso, la transición de un bando a otro está ligada a fuertes impresiones, un desconocimiento de los fundamentos de la posición inicial o el resultado de un análisis profundo sobre la realidad y la existencia. Para alguien como Dexter, quien nunca en su vida ha estado siquiera cerca de contar con un credo de carácter teológico, el conocer al hermano Sam representará un conflicto entre lo que él reconoce como su oscuridad y la esperanza de luz que menciona "su nuevo amigo".

Sam

Porque, "if you put your faith in the wrong thing. It can fuck you up". Right?

Rápidamente se reconoce a dos tipos de gente que dejan de creer en Dios. Los primeros son los que son afectados por la desilusión. "Oh, el mundo es tan injusto, Dios no existe" es de sus frases favoritas. Suelen ser personas o bien fácilmente impresionables, como por ejemplo aquellos que son muy susceptibles —y con énfasis en el muy, que el hecho de tener consciencia social y humanidad no tiene nada que ver— a picos de desgracia en el mundo —el hambre en ciertas partes del planeta, la guerra, el maltrato a los animales, la explotación de niños, etcétera— y que su juicio sea demasiado crítico como para tolerar términos medios. No obstante, también están los que sufren de una fuerte impresión, como el de perder a un ser querido en un accidente o el contraer una enfermedad incurable, normalmente porque asocian estos eventos como castigos que consideran no merecer y lo relacionan, debido a sus creencias, con una entidad superior haciéndole responsable. Un Dios que no actúa, sino que observa. Los segundos, son los que concluyen que Dios no existe porque desde un principio los conceptos que apoyan su existencia son débiles y científicamente injustificados. Es una resolución radical y racional, ya que supone el haber superado la pregunta del "de dónde venimos" sin caer en falacias. Dentro de este grupo se encuentran aquellos cuyas creencias iniciales eran débiles o no conocían lo suficiente de su religión, y los que tras filosofar lo suficiente bajo el agua de la ducha alcanzaron esta deducción.

Dexter

¿Qué sucede entonces con aquellos que se encuentran en el lado racional y deciden adentrarse en la religión? Para empezar, y esto incluye al grupo descrito en el párrafo anterior, la religión en sí no admite estar entre uno o lo otro. Eso es que una religión y su creencia en Dios viene en conjunto con una serie de reglas y, sobre todo, una variedad retorcida de misterios de fe que uno debe no sólo tolerar, sino aceptar. Desde milagros hasta apariciones sin justificación aparente, todo esto es parte de lo que se conoce como religión, más no sólo las sentencias como "Dios es bueno" o las moralejas que dejan los libros santos. Que la ética y la ciencia estén más separadas de lo que deberían debido a la necesidad de derrocar el sistema teocéntrico de hace unos siglos es otro tema —y un objetivo, de hecho—, pero introducirse en un credo divino no es sólo aprobar el sustento moral, sino también —reitero— sus misterios de fe. Por lo tanto, aquellos que abandonan el ateísmo y se unen a la facción religiosa, están a su vez dejando de lado lo racional, lo explicado científicamente. Con ello, la transición se ejecuta o bien porque desde un inicio los argumentos lógicos no estaban presentes, o —y esto es lo resaltante— porque sí se llega a admitir los misterios de fe como verídicos, justificándolos en algo llamado "el poder de la fe" o "el poder de Dios". Este punto es crítico porque la diferencia entre una persona que es mente abierta y que deja espacio a ciertos tipos de energía no descubiertas aún y la de una persona que cree ciegamente es una delgada línea casi imperceptible. Este "poder" que resuelve prácticamente toda cuestión que la fe implica es suficiente para transformar a muchas personas, tanto por lo que sugieren que significa —ejemplos de milagros—, como por lo que realmente significa —motivación esperanza—.

Dexter

Y es así como se mueve ese mundo. La esperanza que brinda el hermano Sam a sus protegidos, la esperanza de luz que se le insinúa a Dexter, la esperanza de poder cambiar, de poder mover lo que aparentemente es inamovible. Lo distinto entre uno y otro bando es que cuando uno se topa con una dificultad, el racional se apoya únicamente en la perseverancia y en los valores aprendidos en la vida, mientras que la persona religiosa cuenta con una entidad abstracta que soporta la carga que el otro desplaza por su cuenta. Se podría explicar como un truco mental, el cual es todavía más poderoso en grupos mayores, comunidades reunidas dándole fuerza a una sola persona, esa fe de la que tanto se habla, ese poder, ¿realmente existe entonces? Lo que sí es cierto es que Dexter necesitaba de ese poder. Especialmente lo requería debido a lo condenable de su código de conducta, el cual sirve de justificación, pero abandona en muchos sentidos lo aprobado por la sociedad y lo humano; pero, por encima de todo eso, por el futuro de su hijo, su preocupación actual, pequeño al que tendrá que enseñar a discernir entre lo correcto y lo apropiado, lo ético y lo que no lo es. Y, con toda la oscuridad, ¿qué tan posible es eso?

Dexter

Dos premisas aquí: Dexter ya no es el único que tiene a un fantasma acompañante; y la frase del hermano Sam sobre poner la fe en la cosa equivocada, tan cierta es. Travis está demente. Es un hecho. Quizá si Dexter hubiese revisado su historial psicológico antes de acercarse a él podría haber llegado a otra conclusión, pero claro, estar limpio tanto en multas de tránsito como en detenciones policiales o denuncias judiciales ya te convierte en una persona confiable. No verse reflejado allí es curioso. Travis no está en sus cabales, más que bipolaridad es psicosis, abandona su realidad, justifica sus actos, los transfiere a una persona que no existe para no sentirse culpable, para no aceptar el monstruo que lleva dentro. Sus creencias están corruptas, abandona los fundamentos de su religión, el filtro que usa para juzgar a las personas tiende a lo absurdo, condena a todas las personas, es extremista, no se da cuenta de la realidad, vive en su mundo, se cierra en él, su doble personalidad es el resultado del combate de sus intereses y sus principios, el Travis bueno es lo poco de cordura que queda en él, pero no durará mucho. Lo molesto de Travis es que la conclusión de que todo el mundo es malo y merece morir no es el resultado de un análisis propio, sino el destino que seleccionó su instinto asesino. Travis no encontró luz en la religión, sino argumentos retorcidos para iniciar el juicio final a la humanidad. Sin embargo, y pese a que, como todos los asesinos en serie, las similitudes con Dexter van a aparecer, la mayoría de ellas se pueden tachar de actitudes sujetas a desórdenes mentales, como su deseo de matar, o el hecho de que su filtro sea menos específico que el de Dexter, finalmente ambos escogen a sus víctimas porque las consideran malas siendo el fanatismo de Travis lo que le hace distinto, puesto que si de un purgatorio se tratara, debería detonar una bomba nuclear y exterminar a todos desde el principio; cuando lo que hace es empezar matando sólo para simbolizar el camino hacia el cierre de eventos. Entre sus dudas personales, su psicosis y su contacto con el falso profeta, será el propio Dexter quien, en lugar de ayudarle a eliminar su dark passenger, eliminará la poca luz con la que contaba.

Dexter Dexter

Entre otras cosas, el nuevo tipo geek y la mano del asesino del camión de hielo en su poder, los traumas de Quinn, el peligro que corre Deb la estar cerca de investigar al jefe de su jefa, la acción de Nick —qepd— y las entrevistas con la psicóloga. ¡Oh! Y la aparición de Brian, el hermano de Dexter. Eso fue GENIAL.