Ser un líder, tener la capacidad de serlo, hacerlo de la forma correcta, todo eso combinado con la cuestionable pregunta de si en realidad el equipo tiene el mismo objetivo en mente o no. Y es que de un equipo sí se trata, y de que el fin del mismo es igual pues también, pero entonces, ¿por qué se genera este tipo de complicaciones? Una asociación de personas surge de la necesidad de realizar una actividad en conjunto que de otra manera no podría realizarse, eso es, para trabajar en algo todos unidos. A excepción de la caridad o el más puro altruismo el trabajo no es gratis, lo normal es que la gente espere algo a cambio, sea una buena nota, dinero, un permiso, un favor, reconocimiento, entre otras opciones. El rol que le toca desempeñar a Minchi en el episodio diecinueve de Hanasaku Iroha es uno para el que, aunque por alguna extraña razón parezca que se le puede dar bien, queda claro que hace falta más que poder hablar con firmeza (cofcofnakocofcof) para poder dirigir a un grupo.
Hace un par de días mi jefe me llamó la atención por mentirle. Vamos, que no fue una mentira perversa, estaba claro que iba a terminar con el indicador en uno y que sólo me adelanté a eso y lo reporté cuando todavía iba en cero (lo cierto es que ya estaba perdiendo la esperanza, pero no tiene nada que ver, ¡nada!). Son dos ejemplos completamente distintos, pero como confío en la capacidad de cada uno de desmembrar conceptos grandes en pequeñas proposiciones de gran valor, lo que me quedó claro fue que la sinceridad dentro de un equipo es importante.
Minko miente. Y lo puede hacer tan bien por lo reservada que es. Su discurso tiene sentido, pero no es real. Lo peor es que ella lo sabe y no se detiene, eso es que pretende que los demás hagan exactamente lo que ella diga no porque crea que está en lo correcto, ni porque el poder se le haya subido a la cabeza, sino que no puede sacarse su ambición personal de la mente. Desde luego, el intentar manipular a las personas de manera tan descarada no es lo suyo ni lo será, por lo que está claro que no es que lo intente luego de haberlo planeado, es simplemente lo que le sale del corazón. Cuánto tardará en darse cuenta de que así no se puede trabajar y de que tendió a la malicia al agredir así a una compañera, pues quizá un par de episodios más. Eso es si alguien más no se lo hace entender por las malas antes. Cuestión de timing, antes o en pleno evento; por las buenas o las malas, percatándose ella misma o no; trascendiendo a su orgullo o tampoco.
Por otro lado, ¿cómo se supone que uno llama a esto? ¿Y bajo qué parámetros uno declara que esto es más entendible que el resto de cuadros absurdos que colgaron por toda el aula? Y, en serio, ¿omelette de arroz es lo primero que a uno se le viene a la cabeza? ¿Eso siquiera existe o fue una mala traducción? Ya.
