Tenía pensado dedicar una entrada del blog a la lista de mis animes favoritos del 2011 desde fines de ese año. Las razones del retraso, entre muchas circunstancias personales y propias de diciembre —si es que se entiende— se debe al curioso alboroto por series como The iDOLM@STER y Fate/Zero, las cuales no había alcanzado a ver en su fecha. En vista de ello, la decisión de darme un tiempo para rushear ambos títulos y sólo tras ello establecer el dictamen referido se hizo presente. De alguna manera u otra conseguí terminar Fate/Zero este fin de semana pasado, pero lamentablemente parece no haber planes a corto plazo para progresar con la serie restante. Siendo ya doce de enero —¡casi mitad de mes del año del fin del mundo! ¡Sólo veintitrés mitades más y boom!—, siento que ya es hora de terminar de pasar página y dejar listados todos aquellos animes que me hicieron reír, gritar, exaltar o ablandar durante las últimas cuatro temporadas.
En primer lugar, las aclaraciones, que más allá de la intención de consenso, tiene el objetivo de poner en evidencia las bases del estudio oculto detrás de la construcción de este top ten misterioso y rebuscado. Entonces, se habla de una selección de carácter enteramente subjetivo. No se han tenido en cuenta escalas de popularidad en redes como MAL, cifras sobre ventas o encuestas de aceptación en determinados círculos, mucho menos se ha revisado el rating computado en Japón ni otros indicadores habidos, esto es porque, pese a que sí es posible recopilar toda esta información, no considero ni apropiado ni necesario esa clase de procedimiento en el trabajo de construir la lista de mis animes favoritos. Vamos, que las mismas palabras que conforman esa premisa lo sugiere, esto se trata de mis gustos, mi opinión y de lo mucho que me he dejado influenciar por la gente que me rodea —diversos criterios que en un punto se asimilan y sirven para que el propio evolucione—. A su vez, en vista de que no han sido incluidas las series que aún no han terminado —Bakuman 2 o Shakugan no Shana III, etcétera—, sí he estimado aquellas que dieron inicio en el 2010 y terminaron a principios del 2011 —To Aru Majutsu no Index II y Bakuman—. Tampoco he revisado títulos que no he visto, he droppeado o mantenido en espera. OVA, OAD, especiales y películas han sido igualmente excluidas. En segundo lugar, el CBNC recoge a series importantes, pero que dado el peso de las del top propiamente dicho no consiguieron su lugar. CBNC viene del inglés close but no cigar, es usada en el Power Rank de Team Liquid y, como expresión, se interpreta como cerca, pero sin premio, o cerca, pero no alcanza. Éste es un ranking de anime que va del puesto 10 al 1 con una breve explicación, mas no reseña, de los motivos de cada posición. En fin, here we go.
Animes que participan (31): Fate/Zero, Working'!!, Boku wa Tomodachi ga Sukunai, Mawaru Penguindrum, Maji de Watashi ni Koi Shinasai!, Ao no Exorcist, Kaiji: Hakairoku Hen, Mayo Chiki!, Baka to Test to Shoukanjuu Ni!, Ikoku Meiro no Croisée, Hanasaku Iroha, Kamisama no Memochou, Usagi Drop, Nichijou, Yuru Yuri, Steins;Gate, Gosick, Denpa Onna to Seishun Otoko, Kami nomi zo Shiru Sekai II, Ano Hi Mita Hana no Namae wo Bokutachi wa Mada Shiranai, A-Channel, C, Onii-chan no Koto nanka Zenzen Suki Janain Dakara ne!!, Fractale, Mahou Shoujo Madoka★Magica, Yumekui Merry, Bakuman, Kore wa Zombie Desu ka?, To Aru Majutsu no Index II, IS: Infinite Stratos, Kimi ni Todoke 2nd Season.
La línea del CBNC se traza a la mitad aproximando para abajo, quedando de esta manera incluidos en esta sección un total de cinco series. El orden de ellas no es relevante ya que no forman parte del top real, sólo están allí por lo cerca que quedaron. Si tengo que agregar un comentario antes de empezar, diría que inicialmente tenía planeado únicamente citar tres series en esta parte, pero como no podía terminar de decidirme dado el bajo número de opciones, resolví aligerarme la carga de discriminar algún buen anime ampliando el espacio de la categoría.
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To Aru Majutsu no Index II (CBNC)
Bakuman (CBNC)
Bakuman es un anime que sólo alguien como yo puede disfrutar como lo hago yo. En el sentido de que en verdad adoro todas las series que, y sé que lo he dicho un millón de veces ya, explotan la expresión "gambatte" con violencia. La primera parte de la historia de Ashirogi-sensei es una perfecta introducción al conjunto de vicisitudes que el par de jóvenes tendrán que afrontar más adelante —ni ellos mismos se lo podrían imaginar— y por sobre todo este concepto se encuentra el tema principal: el proceso de creación de un manga. A pesar de las críticas —que las hay y de todos los colores—, imo, Bakuman se tiene su lugar muy bien ganado.
Yuru Yuri (CBNC)
Akarin~~. Por cierto, este blog es genial y deja en evidencia las razones de mi trauma con la serie. ¿No saben japonés? Yo tampoco. Yuru Yuri gana por contar con personajes explosivos por todos lados. Y por el yuri stuff y Akarin, of course. Nada de personajes pasivos o escenas que sólo encuentran dinamismo gracias a la aparición de una genki-girl chillona, aquí todo se mueve, siempre, sin cesar y con el timing de bromas ideal. De lo más disfrutable del año.
Kami nomi zo Shiru Sekai II (CBNC)
Keima is hunting okawari. ¿Siquiera eso tiene algún sentido? Si de la primera temporada el arco que más adoré fue el de la chica bibliotecaria, el de esta secuela tiene que ser lo de Jun. La retorcida y algorítmica manera de razonar de Katsuragi-kun y el diverso moe encontrado en los episodios de Kami Nomi marcaron nuevamente mi otoño.
Hanasaku Iroha (CBNC)
Le debo tanto a esta serie. El bonboru stuff ha quedado registrado dentro de mi lista de expresiones y de seguro, de la mano con Bakuman, HanaIro ha llevado la temática de esfuerzo, perseverancia y sueños con maestría. Adorar a los personajes, su crecimiento y su conclusión junto con la promesa de un algo más allá del desenlace es el mejor regalo que un título como éste pudo dejar. Hanasaku Iroha es la prueba de que este CBNC no tiene un orden real, cualquiera de estos animes mencionados pudo estar más arriba o más abajo dentro de esta categoría. Ohana es comestible.
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Baka to Test to Shoukanjuu Ni! (10)
Si la primera temporada de Baka to Test manejó un humor disparatado y genialoso, la segunda consiguió, por un lado, mantener sino superar aquel nivel, y a la vez llevar hacia el siguiente término la situación del triángulo amoroso y la explicación de las relaciones entre los protagonistas. De alguna manera u otra, esta segunda parte de la historia consigue despertar emociones mientras no deja de hacer bromas, la técnica desplegada para ello es tan perfecta que uno puede reír y ablandarse en paralelo como si fuera lo más natural del mundo. He amado esto, los colores usados y el desarrollo expuesto.
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Kaiji: Hakairoku Hen (9)
Recuerdo haber rusheado la primera temporada de Kaiji hace un par de años. Fue un vicio. Se acababa un episodio y era una obligación dar inicio al siguiente. De los episodios más digeribles y adictivos con los que me he topado jamás. No evita ser complicado, no obstante, el explicar por qué Kaiji es tan genial a personas a quienes no les agrada pasados los primeros capítulos. Kaiji aprovecha el poco trabajado apartado de las apuestas en el anime, se encarga de exagerar las situaciones, maximizar los peores aspectos de las personas y del medio deshumanizado en el que, restándole todos los matices, vivimos. Kaiji es épico, angustiante y desquiciante. Este arco quizá pecó un poco al extender demasiado la parte del lodazal, pero eso es relativo y, justamente, esta condición debería bastar para sustentar su posición dentro de esta lista: ver unas bolas rodar no podría ser así de grandioso en ningún otro contexto.
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Ano Hi Mita Hana no Namae wo Bokutachi wa Mada Shiranai (8)
Anohana puede que sea la serie que más me decepcionó de entre todas las que figuran en la lista. Es un hecho que no me ha desagradado, sino no estaría ocupando este lugar, pero me molesta cómo no consiguió quedar más arriba cuando pudo haberlo hecho fácilmente. No le faltaba nada, había sido impecable, estaba incluso preparado para lagrimear tantito —cosa que no hago desde Clannad—, pero no, no, NO, aquel final me arruinó todo. Anohana fue un must de la temporada primavera del 2011, no era factible estar pendiente de los estrenos de esas fechas y no echarle un vistazo a la historia de Menma. El disgusto por la conclusión es sólo mi opinión y ni con ello soy capaz de descalificar todo lo hermoso que construyó la serie: relaciones, recuerdos y aquella misteriosa sensación de nostalgia. Proyecciones, proyecciones everywhere.
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Fate/Zero (7)
Realmente me agrada saber que no retrasé la construcción del top por culpa de esta serie sin que esto alcanzase a tener un significado. Fate Zero es todo lo que fue Fate Stay Night, pero mejor. Nada de personajes adolescentes queriendo salvar al mundo, aquí hay adultos oscuros y otros más oscuros aún. Hay que agregarle mucho más movimiento que en su secuela , una mejor animación, una Tohsaka de pequeña —comestible, comestible, comestibleeeee— y la única pega que se le puede ubicar es la de dejarlo todo a la mitad. El epi dedicado a Rin compensó la ausencia de progreso. Estoy feliz.
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Usagi Drop (6)
Usagi Drop es una serie que se ha ganado su lugar gracias al impacto que tuvo sobre mi persona. Más allá de todos los efectos mágicos que transmite casi por defecto gracias a la súper comestible Rin —ojo que Rin empieza a convertirse en sinónimo de comestibilidad, si es que eso existe—, por unos instantes sentí cómo se las arreglaba para despertar mi reloj biológico, eso es, y recalco lo de "por unos instantes", que logró que me preguntase sobre mi futuro como padre, lo imaginase y disfrutase con ello. Un encanto que ningún anime que haya visto hasta el momento ha podido conseguir. La historia es maravillosa, eso es un hecho.
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Kimi ni Todoke 2nd Season (5)
No puedo ser indiferente al poder de los shoujos. Un anime que consiga hacerme sentir algo con intensidad, sea lo que sea ese algo —en donde algo tiene un sentido verificablemente positivo—, se convertirá sin lugar a dudas en uno de mis favoritos. Kimi ni Todoke puede ser todo lo turtle que se comente por ahí, pero eso no puede ser una molestia si lo que se busca es saborear con calma y desesperación aquellos momentos dulces y los que no lo son tanto, que sólo personajes como Kazehaya y Sawako —oh, Sadako-chan— logran contagiar. ¿Pueden ver esos destellos? Yo los sentía aquí, muy aquí. Kurumi sigue siendo mi chica favorita de la serie, cosa que no evita que adore a Kuronuma y sus transiciones.
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Nichijou (4)
Si se han rusheado todas las malditas comedias de todo el maldito año, y, pudiendo ser incluso la siguiente condicional innecesaria, si se tiene algún gusto por el humor absurdo, Nichijou tiene que ser —y lo exclamo, lo grito, lo declaro, exijo, sentencio...— la mejor maldita serie del género de este retorcido ciclo de 365 días. Cortos como el citado abundan en YouTube y se autoexplican. Nichijou es destrucción, es abuso, es imba, es dios riéndose de nosotros y de sí mismo. Y no puedo comprender a los haters, porque más allá de ciertos sketchs que adolecen de rebuscados, prácticamente toda la serie es una orgía de explosiones de devastación masiva. No sé cómo exagerar lo exagerado, pero eso es Nichijou y más.
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Mahou Shoujo Madoka★Magica (3)
Me obligó a tragarme mis palabras y mis prejuicios. Madoka Magica fue el éxito de otoño, el must de la temporada, god tier. Para algunos el final pudo ser mejor —y se los van a cumplir—, pero un deux ex machina nunca es malo cuando lo planteado destruye la lógica a tal punto que no queda otra más que dar inicio a una nueva religión. Y no es sólo una expresión. O bueno, quizá sí. De todas maneras, tanto la epicidad de Mami, la caída de Sayaka, la historia de Kyouko, el camino de Homura y la resolución de Madoka dejan al adjetivo "especial" bastante corto para calificar su verdadero valor. Contiene muertes trágicas, traumas de adolescentes despechadas, viajes en el tiempo y paradojas que cuadran.
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Mawaru Penguindrum (2)
Los tres primeros lugares son oro puro. Mawaru Penguindrum es interesante y surreal. O interesante por surreal. O surrealmente interesante. Desde el principio Ringo se convirtió en mi personaje preferido, por stalker, por agresiva, por estar así de desquiciada. Pero su arco y la inicial desgracia de Himari serían sólo el principio. Yo... yo no tenía ni idea de lo que estaba por venir. Fue imposible predecir qué sucedería luego, cada concepto nuevo que se agregaba a modo de sorpresa alteraba por completo tanto la historia, como el eje que se consideraba principal, así como el camino que se suponía la serie estaba tomando. Los índices de asombro eran asfixiantes. Y mientras que las características metafóricas empezaban a ganar mayor importancia y presencia, el relato amenazaba con alcanzar una conclusión. Estaba en el aire, Mawaru Penguindrum estaba dispuesta a dejar huella.
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Steins;Gate (1)
Dissapointed? Siempre recordar que éste no es más que un listado personal. En adición, siempre se podrán dejar comentarios en el interior de la entrada —aunque eso parezca mentira—. Steins;Gate es mi serie favorita del año por contener todo aquello que me encanta y manejarlo con la mayor destreza. Mensajes en el tiempo, teoría del caos, saltos en el tiempo, viajes en el tiempo, líneas multidimensionales, consecuencialidad, Makise Kurisu. Lo tiene todo. Hay que decirlo, si los viajes en el tiempo no fueran un vicio propio, Mawaru Penguindrum estaría aquí, pero éste es el detalle de la subjetividad. Steins;Gate me ha hecho sangrar por la nariz debido a la excitación, me obligó a diseñar cuadros para explicarme algunos hechos que no terminaban de encajar, y pese a que muy al final requiere de un parche evidente, esto no quiere decir que pierda ni una pizca de sentido. Como siempre, lo que enamora de este tipo de historias sobre viajes temporales es, en principio, el concepto, pero lo que termina de definir la victoria es el desenlace, el instante en el que los diversos planos mostrados hallan su armonía. Es aquí donde Okabe y compañía ganan.
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