Shakugan no Shana III: A la batalla, una vez más [EDIT]

Es irónico porque hace poco vi un video sobre desarrollo sostenible en donde se tomaban unos minutos para señalar lo inútil que es parchar un sistema obsoleto; esto, cuando aquel remiendo no implica un cambio trascendental en las bases de sus principios. Algo así como: sí, aquellas mínimas alteraciones pueden solucionar los problemas actuales, pero no durante el tiempo suficiente y siempre sin poder evitar un efecto-rebote todavía peor que el inicial. El Dios de la Creación ha declarado sus intenciones, dado los resultados de la batalla, en estos momentos nadie puede enfrentarle; no obstante, eso no significa que no existan personas que no estén de acuerdo con su orden. Camuflado, con palabras bonitas, intensas y cargadas de esperanza, e, incluso, posiblemente sin siquiera ser el deseo ni de Yuuji ni de Sairei no Hebi, se encuentra el comienzo de una desgracia mayor, algo a lo que, con su sabiduría, uno de los dioses de la tierra llegó a rechazar. ¿Hasta qué punto puede la irresponsabilidad de los tomogara afectar al universo? Ahora, gracias a su nuevo líder, ¿a qué escala causarán daños? Entonces, con un ejército derrotado, tanto en la acción como moralmente, ¿qué plan de contraataque tienen en mente los protagonistas? Porque ciertamente tiene que haber uno, ¿verdad?

Porque, como dijo Shana, aquel sonido sólo es el que indica el inicio de la siguiente batalla.

Tomogaras y Hedonismo

Las declaración de Sairei no Hebi, de cumplir con las exigencias de los dioses de la tierra —por establecer un juicio neutral y correcto—, habría propiciado un final deus ex machina similar al de Madoka. Eso es que, dado que los parámetros del mundo que se nos planteó desde el principio no permitían la coexistencia entre las dos especies principales, entiéndase flame hazes y tomogaras, era necesaria la aparición de un ser todopoderoso que alterara todas las normas dictadas y solucionara todos los conflictos sin un desenlace justificado, o, si de alguna manera u otra aún se puede considerar a ese escenario excusable, apropiado para el espectador. Eso es que, si bien es cierto uno está preparado para aceptar giros repentinos en la trama, como mínimo uno espera que se respete aquello que fundamenta el universo donde suceden los hechos. Por supuesto que, en series en donde se admite la magia o los deseos como válidos, hay que estar preparados para todo. Personalmente, soy de los que aceptan este tipo de finales siempre que no provoquen que la serie pierda su seriedad habitual. Con esto explicado, sucede que, considerando la atmósfera de Shakugan no Shana, la historia sí pudo haber terminado en este punto, curiosamente, el autor decidió no pintarlo de esta forma, es decir, como todos se pueden haber dado cuenta —y no sólo por la cantidad de episodios restantes—, el modo con el que los últimos acontecimientos fueron expuestos, jamás orientaron al anime hacia su término, sino que dejaban en claro que esto todavía iba a continuar. ¿Pero cuál es el error de Yuuji? ¿Por qué aún cuando sus intenciones son las mejores del universo y cuenta con todo el poder del mismo tiene que ser descalificado por sus contrarios?

Partamos por repasar la reforma que Sairei no Hebi propone: crear un espacio entre el mundo humano y el universo Carmesí, de preferencia en el lugar en el que estuvo sellado tanto tiempo, de tal manera que, tras proporcionar a los tomogara una fuente de poder de existencia infinita, no haya la necesidad de salir de allí para vivir como lo han hecho siempre. Eso es que los tomogaras dejan de devorar personas, los flame haze pueden dedicar sus inagotables vidas a ver sus programas de televisión favoritos y todos felices. ¿Cierto? Pues no. El problema detectado por Centerhill se explica con un secreto que su maestro le reveló, sobre la razón de la tormenta en la grieta entre los mundos —ésta es otra parte del universo de Shakugan no Shana que se debe asimilar— según el cuál, la inestabilidad del universo no se debe sólo a las variaciones violentas de existencia, sino también al efecto que se provoca en la frontera con el reino Carmesí. De esta manera, por un lado, se entiende que, pese a lo que un tercer cosmos ofrece, la inestabilidad no sólo se solucionará con la no pérdida de existencia en el universo humano, sino que es necesario que los tomogara, sí o sí, varíen su comportamiento irresponsable y hedonista; y, por otra parte, son interesantes y retorcidos los motivos que se pueden plantear para justificar la no predisposición de los dioses de la tierra, quienes conocen este detalle del funcionamiento del universo, en contárselo a quien podría, con su poder, poner fin a los conflictos. Lo más seguro es que se deba a que la declaración de La Serpiente Festival no incluye un indicio de madurez, de aprendizaje, de arrepentimiento con relación a una vida —hablando de tomogaras— en las que no se tiene en cuenta las consecuencias de los actos.

Flame Hazes y sus razones

La mayoría de flame haze no pelean animados por ideales de justicia, sino que lo hacen con deseos de venganza. Seres afectados por los ataques invisibles de los tomogara, quizá luego de la pérdida de algún familiar o amigo, o impactados por lo enfermizo de la realidad del mundo, las condiciones en las que los acuerdos entre dioses y herramientas son establecidos no son las óptimas, eso es que sufren del gancho de la inevitabilidad o de la decisión precipitada. Aún cuando se les diera la oportunidad de pensarlo, los aires de coacción no se terminan de esfumar. Con ello y junto al paso de los años debido a su infinita vida, se muestra normal que sus resoluciones se hayan convertido en mecánicas y opacas —sinestesia, sinestesia everywhere—. "Entregamos nuestras vidas a la tarea de proteger el orden del universo porque queremos aplastar a esos malditos que arruinaron nuestras vidas. Lo hacemos porque no podemos permitir que otros pasen por lo mismo que nosotros. Lo hacemos porque hay muchas personas en este mundo a las cuáles proteger". Todos estos motivos, algunos más bondadosos que otros, tienen el problema de quedar sepultados al estrellarse contra las palabras de El Dios de la Creación. Con la creación del nuevo universo, los tomogara se retirarían de este espacio y finalmente se podría descansar en paz. Ya nadie corre peligro, se puede dejar caer las armas y encomendarse al descanso eterno. Con ambiciones más y menos altruistas, una gran cantidad de flame haze cayeron en la última batalla al perder sus razones para batallar. Por sobre la diferencia numérica, de poder, de organización y de momento, es inviable superar cualquier complicación en un combate si no hay intenciones de ganarlo.

Shana y su deseo de traer a Yuuji de regreso a su lado. Ella tiene sus razones y son nobles, cargadas de amor y de alguna manera, aún con eso, boceteadas de tal manera que no parezcan egoístas. Shana ha crecido bastante —aunque si de estatura se habla, no hay mucho que comentar—. A tal punto que ella misma se lo ha creído y ahora camina con aires de seriedad y determinación. No es de extrañar que, guiada por sus esclarecedores sentimientos —como los de nadie— haya concluido que lo que planeaba Sairei no Hebi no era bueno, incluso antes de aprehender los motivos reales y verificables que condenaban los planes de este ente apocalíptico. Es agradable, por otro lado, tener la dicha de disfrutar de su brillante sonrisa una vez más y justo antes del contraataque final. Shana es la clave del último plan. Pese a que el autor está recurriendo al recurso de ocultar descaradamente frases, escenas y hasta estrategias enteras al público, se puede oler que, y tal como sugeriría una serie con este título, todo gira en torno a la chica de fuego. La pequeña tsundere es de los pocos flame haze que escogió su camino casi por vocación, obviando lo difícil y hasta incompatible con su forma de ser que ha resultado el calificativo intrínseco de esta especie, eso es, lobos solitarios, su firmeza, templanza, valentía y corazón son las características que le han permitido llegar hasta donde está. Claro, eso y el poder de Arasu Toru-san.

Por cierto, Sydonay es una bestia en combate. No entiendo cómo rayos Margery-san puede hacerle frente. Y si es cuestión de determinar equivalentes, ¿cómo es que Shana le puedo plantar cara cuando todavía era una novata? Es grasioso porque los niveles de pelea no los consideraba desde Dragon Ball. ¡Ah! Y un minuto de silencio por todos los caídos en esta primera parte de la batalla final.