6 de marzo de 2011

Y presentó las aclaraciones respectivas

Las actualizaciones intensivas de Curiosamente Curioso empezaron un día en el que se me ocurrió faltar al trabajo (ahora lo puedo admitir) porque necesitaba desestresarme, después de todo trabajar en ventas no es lo más relajante del mundo. Los objetivos eran más bien pocos, yo quería un blog activo, entonces le daría actividad; yo quería hacer de éste un lugar más agradable, entonces lo haría más agradable, sea a la vista, en función al disfrute del visitante o por mi propio juicio. Han pasado cinco meses desde aquella inasistencia injustificada, la cual me costó una notificación del superior de mi superior, y tengo que decir que estoy contento con lo que veo.

O al menos lo estaba hasta hace poco.

Pero este disgusto se debe a una nimiedad. No pretendo ser perfecto, pero me gusta hacer las cosas bien. Y el cómo lucen las últimas entradas me hace irritar, porque ellas son parte del blog en el sentido de que son éstas las que forman el site, si se ven mal, la página entera se ve mal. Y eso me desespera. Sin embargo, como dije, esto es una superfluosidad. Editaré poco a poco y arreglaré eso. Eso es que ésa no es la razón por la que estoy haciendo una entrada "Y..." (si no ha sido evidente aún, las actualizaciones cuyos títulos inician con esta conjunción tratan sobre mí y no precisamente sobre mis aficciones) el día de hoy. Sino que el tema de hoy es una disculpa a esta mía página web.

Y es que he estado ocupado.

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Por cierto, ¿alguien sabe cómo hacer para jugar estos cosos de DOS?

Me tomé vacaciones en diciembre y éstas han llegado a su fin. Decir "no porque yo quiera" sería mentir, porque sinceramente incluso los días libres pierden parte de su significado cuando ya no existen los días ocupados. Este evento de mi real life se presta para un conflicto bilateral bastante interesante: el cómo, dejando de lado la obvia prioridad, mis actividades laborales afectan a mis actividades extralaborales y viceversa. Desde luego, el objetivo inmediato es en pensar una forma de conseguir la armonía de toda la vida.

Al menos hasta que empiecen mis clases en abril, eso me va a matar, pero falta aún, FALTA.

En principio, a lo que vine hoy, en verdad lamento mucho el desorden de los últimos días. me acostumbré a publicar una entrada a medias con la intención de editarla más adelante. Hecho que poco a poco se me ha ido escapando de las manos (aunque hay algunas excepciones que tienen su explicación particular) y el caos se ha vuelto inevitablemente evidente. Evitaré esta manía de ahora en adelante. Es un compromiso. Lo es.

A su vez, la principal medida que ejecutaré, será la de la organización inmediata. Cuando una responsabilidad se lleva parte de tu tiempo libre, el saber administrar las horas restantes para seguir haciendo lo mismo de antes es imprescindible, pero cuando además de la reducción de horas disponibles se presenta una variación en el horario y problemas de salud relacionados con esto último, todo depende de lo mucho que tome el adaptarse al cambio. Y es por sobre eso en donde quiero estar (sobre todo como buen lector de ¿Quién se ha llevado mi queso?). Por lo que, pese a todo lo anterior mencionado, me comprometo a consolidar la entropía que ha caracterizado a este blog desde setiembre hasta enero (sus mejores meses, en contra de los stats) en la brevedad que amerita.

Cambios de horario y responsabilidades valen nada aquí.

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SupAh face de concentración-distorsión FTW.

Entonces, a pesar de no haber cumplido con la actualización de las entradas por editar, excluyendo una de House (aunque puede que pronto agregue algunos puntos más), el cambio del banner sí que se ha realizado. Intenté photoshopear una imagen de Sakura, dado mi trauma del mes pasado, pero como que la primera quedaba muy oscura y la segunda demasiado amarilla (sí, amarilla), así que antes de que me animara a diseñar una tercera, me aventuré con un par de pics de Madoka. El resultado, al menos de una de ellas, es este nuevo banner del mes. La pequeña Kinomoto tiene un lugar especial en mi corazón, quizá uno que la pelirrosa jamás tendrá, pero es innegable que esta nueva serie mahou shoujo ha tenido un impacto único y que no es desperdicio alguno dedicarle el espacio como cabecera de la web esta vez y las que en un futuro considere convenientes.

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Buscando imágenes sentí que me spoileaba, ha sido un sufrimiento único, ÚNICO. Y pues, eso, saludos.