23 de febrero de 2011

Y el valiente e inexperto joven venció al retorcido y cuestionable RJ45

Entrada sobre mí blablablá mí y más blablablá... mí.

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(0), (2), (1), (3). El (4) está ahí haciéndome feliz y eso. You know.

Lo actualizo apenas sea capaz de hacer que mi cerebro funcione correctamente.

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Listo, ahora que mi cerebro ya trabaja, no diré que bien sino como siempre, me voy a dar la libertad de encender mi modo egocéntrico para así tirarme toda una entrada que trata sobre mí. Aún no he entrado en demencia ni he perdido ciertas facultades mentales para que no sea capaz de diferenciar entre temas que deberían ir en mi blog personal y los otros que van en éste que no lo es tanto. Sin embargo, la razón por la cual esta actualización ha sido situada en este site, se apoyan en sólo dos causas mayores: éste fue el weblog más afectado por la falta de inet, y porque me da la gana de que así sea.

Más allá de posibles problemas de actitud, la rebeldía con la que terminé el párrafo anterior pesan sobre el recordar la frustración de no tener internet, saber la razón y no contar con la esperanza de una rápida solución, todo esto contra lo que me enfrentaba aquel fin de semana ya pasado. Luego de un cuestionable malentendido y sólo después de un trabajoso enfrentamiento contra el cable UTP, finalmente pude desaparecer la equiz de mi ícono de red en la barra de tareas. Y fui feliz.

Me acosté un día antes del corte a eso de las seis de la tarde tal y como venía haciéndolo desde que la capacitación en [/inserte_nombre_de_la_empresa] empezó. Me acosté con internet. Pasada la media noche, cuando me desperté, el cable de red figuraba ya como desconectado y, bueno, como eran las tres de la mañana, no es que tuviese muchas ganas de subir al quinto piso y revisar cables. Decidí invertir mi tiempo en terminar Azumanga Daioh, el cual además de cumplir con entretenerme, se las ingenió para ganar algunos puntos en mi ECP mental (porque no le voy a hacer su review, gomen). Cuando avanzó la mañana tuve que ir a trabajar, así que el arreglar la incidencia debía esperar.

Y es aquí cuando el malentendido surge. Digamos que somos unas seis a siete personas las que usamos el mismo róuter. Ahora, soy yo la única persona que tiene el problema de conexión. Eso es malo porque (no me jodan si no se entiende por qué) no tengo internet, pero también es bueno porque así las razones por las que no contaba con el servicio se reducían a unas pocas opciones. Era culpa de los extremos de mi cable UTP o como mínimo de éste, o tenía que ver con mi case. De todas formas, estaba claro que el error estaba relacionado con los medios físicos que a mí me concernían, ya que el servicio estaba operativo para todos los demás.

Sin embargo, en cuanto empecé a mover los RJ45 que daban al router (eso es que los presionaba contra el dispositivo de red por si sólo fuese cuestión de contacto), uno de mis primos, Vladimir, subió hasta donde estaba yo y me dijo que también se le había ido el internet. Desde luego, pensé que había sido yo quien había desconectado de casualidad su cable, pero luego de que él intentara arreglarlo y no conseguirlo, me empecé a confundir. Al bajar a verificar si mi tía todavía contaba con conexión y comprobar que sí, otro de mis primos, Sergio, apareció y señaló que él tampoco contaba con el servicio. El resto de personas que hacen uso de la red son en su mayoría inquilinos del edificio vecino, así que no había forma de consultarles. La persona restante, miembro de la familia, era mi prima Haydé, pero como que no le pillaba por la ventana en esos momentos.

Sí, vivo en un fuckin' edificio familiar en donde la privacidad es un mito. O bueno, no.

Con las dudas puestas sobre el por qué mi tía contaba con internet, pero nosotros tres (Vladimir, Sergio y yo), no, sentenciamos que era por la alternativa wifi que le otorgaba su notebook. Pero resultó ser que no se debía a eso, su cable UTP funcionaba a la perfección incluso con su PC de escritorio y su portátil no conectaba una vez que estaba desconectada (su wifi no estaba operativo desde hace como dos meses). Como sea, en ese punto yo ya estaba irritado, confuso y con las piernas desgastadas (no había dejado de subir y bajar del quinto piso para verificar el tema de los cables). Ok, pues, entonces la única conclusión posible era que todos los cables UTP excepto el de mi tía estaban dañados.

¡Pero cómo jodidos podía ser eso siquiera planteado!

Luego de otros intentos bastante estúpidos como reiniciar el róuter, intercambiar puertos a diestra y siniestra, e incluso eliminar la configuración del Hamachi sin que exista una razón lógica (de no física) aparente, finalmente la luz al final del túnel hizo su aparición. Mi tío Francisco, papá de Vladimir, luego de mover no sé qué en el róuter, logró habilitar su propia conexión, con él concluyendo en que se debía a un UTP mal instalado que provocaba conflicto de paquetes de datos en general (que curiosamente sólo le afectaban a él), y Sergio terminó soltando un "pero a mí sólo me sale conflicto de IP". Y bueno, después de configurarle la dirección y de interrogar a Haydé (Vladimir se encargó de eso, creo), regresé al inicio del embrollo. Sólo era yo quien tenía la avería. Esa misma noche le pedí a mi papá y a mi mamá que me compraran el prensor y un par de RJ45 para realizar los ajustes necesarios.

Prensor en mano y RJ45 en el bolsillo, subí al quinto piso con sola una idea en la cabeza: no joder mis únicas cuatro oportunidades (sólo tenía cuatro conectores). Lo de arreglar el problema era sólo esperanza. Esto es debido a que, la única vez que corté, emparejé y prensé UTP y RJ45, fue en una clase de [/inserte_nombre_de_curso_que_ya_olvidé], en la que me enseñaron sólo una vez el cómo debía hacerlo. Yo lo recordaba fácil, así que en lugar de esperar a que un técnico venga quién sabe cuándo a solucionarlo todo, me aventuré en la retorcida empresa señalada.

No voy a entrar en más detalles sobre cortes y emparejamientos a no ser que se trate de apoyar a la imagen que he dejado más arriba. Se pueden apreciar cuatro RJ45 y cada uno tiene su razón de ser. Se entiende que si estoy creando esta entrada y si no hay un quinto conector en la fotografía es porque la aventura tuvo un happy end. El primer corte, entonces, fue para el RJ45 que estaba en el extremo del UTP que daba al róuter. Lo vi bien: rojo, blanco, naranja, blanco, azul, blanco, verde, blanco. Prensé y bajé a probar mi conexión.

Fail.

El segundo intento no tiene cable ligado a él porque me sucedió algo bien gracioso (divertido ahora, no en ese momento), yo juré que prensé, siempre siguiendo el mismo orden señalado más arriba, pero al momento de tirar hacia afuera del prensor, el RJ45 se desprendió del UTP. O sea... qué rayos. Y por más que intenté prensarlo más y más después, el conector ya no rendía para más.

Fail.

Cuando perdí el tercer RJ45, porque lo hice, los nervios empezaron a traicionarme. Luego de fallar la primera vez, me quedé con la duda de por qué rayos no había funcionado. Incluso estuve a punto de cortar el otro extremo de mi cable UTP, lo cual habría sido grave error. Presentadas estas condiciones, me dediqué a observar con mayor detenimiento el cómo estaban ordenadados los colores en el conector original. Y encontré la razón mágica de mi equivocación: No era un solo color "blanco", sino blanqui-rojo, blanqui-azul, blanqui-naranja y blanqui-verde, cada uno de ellos teniendo su respectiva importancia en la distribución. El tercer RJ45 lo perdí al prensarlo, lo quebré.

Fail, pues.

Y éste es el happy end, el cuarto y último conector fue el que me salvó del desastre de tener que ir a la ferretería a por más suministros. Así como también de la frustración de no haberlo conseguido con los recursos iniciales. Es innegable que mi ansiedad me afectó en sobremanera en los últimos instantes, llegué a hacer más y más cortes innecesarios al UTP en un afán perfeccionista que me librase de un posible error no calculado (que todos los extremos del cobre no estén del mismo tamaño, que no se encuentren bien metidos en el conector o que lo estén demasiado, incluso le tenía miedo a que el UTP esté muy pelado o que algún cobre se dañe por culpa del corte cuchilla imprecisable que hacía con el prensor). Como sea, ninguno de mis pensamientos ansiosos (o pesimismo, como le llaman también), se hizo realidad y finalmente pude gritar "'¡lo hice!", con la misma alegría que sólo me propiciaron eventos supAh cuestionables como el pasar todo Super Mario World por primera vez (mas no I wanna be the guy, ése fue un placer MUY distinto).

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Una prueba de lo mucho que me estresé con los cortes perfeccionistas es esta última foto. Si bien sólo fallé 3 veces con los RJ45, los cortes con el prensor no fueron lo más fácil de la instalación. Debí guardar un cutter asesino de PAMER y ser feliz. En fin, la expedición terminó bien. Estoy seguro de que hubieron otros oops que no recuerdo ya ahora, pero el más notable fue que, incluso al final, es decir, cuando ya conecté el último RJ45 en el róuter y bajé a revisar mi conexión, ésta figuraba como desconectada. Los ánimos los traía por los suelos y las opciones que me quedaban eran nulas. Tardé cerca de 5 minutos en darme cuenta que también había desconectado el otro extremo de mi UTP.

Como técnico de TI la tengo bien verde. Eso sí, no lo veo imposible. Smile.