26 de septiembre de 2010

Mi infierno personal 4: I wanna be the GB

Cerca de diez días han transcurrido desde la última entrada sobre I wanna be the GB y, aunque sí que me he quedado atorado en determinadas partes del juego, siento que he avanzado bastante más rápido que lo que esperaba. La proyección hecha a inicios sobre terminar todo con el contador de muertes en cinco cifras parece ya bastante irreal. De todas formas, no descarto la posibilidad de quedarme atorado para toda la vida en el final boss (recordando todo lo que sufrió Vardoc para matarlo me estreso, me estreso), cosa que ya me ha pasado con el I wanna be the guy original, pese a que eso se deba más que nada a mi weba infinita.


Aozora no Namida.

Como sea, resultó ser que la enana de ojos grandes no era tan difícil; no obstante, no había un save inmediatamente después de matarla, sino un camino con unas cuantas espinas, tampoco demasiadas, que amenazaban con matarte antes de alcanzar un lugar donde guardar. Obviamente morí allí. Dos veces. En el video sólo figura una, pero bueno, la primera vez fue la más dolorosa, en serio. Sobre el tema de la música rarosa de Blood Plus (Aozora no Namida), se debe a que tuve algunos problemas con el audio al usar el Camtasia. Lo he dejado escrito en la descripción del video, digamos que es culpa de mi ansiedad, una suerte de puntería retorcida y la casualidad de la existencia. Pero la enana ya se murió.

Clic en la imagen para agrandar.

Después de ella, lo que venía era un universo lleno de dinosaurios raros y bolas que rodaban. Un laberinto bastante curioso en el que pensé que me quedaría atrapado para siempre, ya que no me percataba de que habían trampas que podía "desactivar". Era cosa de ver unos bloques que lucen como aplastados, resultaron ser botones. Luego, fue cuestión de superar unos cuantos saltos problemáticos, usar las pics para ubicar el camino adecuado y listo, era hora de acabar con el siguiente boss. Siempre dejando claro que en el camino hubieron más escenas, pero ni muchas y siendo esta parte la más importante.


The Kid's Aren't Alright.

El topo ha sido hasta ahora el jefe menos problemático. Encontrar un lugar seguro fue bastante sencillo y, desde ahí, la batalla se reducía al concepto de esquivar unas ni muy rápidas ni lo suficientemente abundantes "cosas que no sé qué son pero que salían arrojadas hacia mí", entretanto el animalejo se acercaba dispuesto a recibir más y más disparos. Sencillo realmente. Sin embargo, tengo que admitir que la ocasión que figura en el video no fue la primera en la que le vencí, es sólo que anteriormente lo maté y terminé muriendo con una de las bolas que continuaban rodando. Bueh...

Tras derrotar al tercer boss, nuevamente me encontré en la primera escena. Y ya, el único camino que quedaba era el de abajo, aquel que evité al inicio. Desde luego, esta vez sí conseguí avanzar más y más rápido. In fact, ya he llegado a otro par de jefes más, pero para no seguir alargando la entrada, me quedaré hasta este punto. Además, me han entrado ganas de jugar a lo del unicornio mágico del arcoíris. Eso.