Debe haber algo preparado, lo sé. Un plato de comida hecho con cariño por mi mamá y que tan sólo espera a ser calentado por mi adorado microondas (sí, lo adoro, no es sólo un recurso retórico), para luego ser saboreado por mi curioso... ¿o mi curiosa?... lo que sea que use yo como ser humano para saborear lo que me cocina mi señora madre. ¡Sin embargo! Me voy a tomar unos minutos antes de cenar (que yo ceno a estas horas a pesar de vivir en Sudamérica), para redactar algo (algo, lo que salga de este estómago vacío) para este curioso blog.
La verdad es que soy masoquista y me gusta pasar hambre.
Mind Game es la película más extraña que he visto en mi vida. Quizá se debe a que he visto muy pocas películas, pero... oh, vamos, en serio, es la película más extraña que he visto en mi vida. Eso no quiere decir que no me haya agradado, es más, me mostró algo distinto, empezando por la animación, la cual... la cual es... ¡la cual es destructivamente diferente! Y que por alguna extraña razón, logra fascinarme. Además, la trama no se desarrolla como cualquier otro plot que se haya visto en cualquier otra serie. No, la historia de Mind Game es una rareza en todo el sentido de la palabra. La puedo catalogar como surreal.
Y estoy seguro que no soy el primero que la describe así.
¿Ese ecosistema dentro de una ballena es posible? Ésta será una duda que tendré toda mi vida.
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Edito más tarde que muero de hambre, en serio...
