Lo de "primeras impresiones" es inapropiado por dos razones: a) al estar ya en mitad de temporada, ¿se puede todavía hablar de "primeras"?; y b) el primer efecto (se tiene que agradecer a cierto diccionario de sinónimos y antónimos) es de hecho el que te causa la sinopsis. Con Astarotte no Omocha ocurre algo siniestro, y esta sensación tiene su origen en el contraste entre las ideas que uno se crea tras leer esto, para luego estrellarse con una serie que trata sobre la amistad, la familia y Rie en otro papel intrascendente. No es malo, es sólo distinto a lo que estoy acostumbrado a ver y, sobre todo, muy diferente a lo que esperaba.
El anime de Lotte va de una niña que es una princesa y que dadas las características de su civilización, raza o especie (estoy confundido), debe aprender a reproducirse (aunque no exactamente así) desde los aparentes diez años (edad humana, ya que ella indica que tiene más, ¿cuestionable?, sí). La clave aquí está en lo de "va de una niña que es una princesa", el resto sólo cumple como attention whore stuff. Entonces, con unos escenarios increíblemente coloridos, mágicos y cargados del clásico "yo sé que tú quieres vivir aquí", la pequeña Ygvar buscará hacerme sonreír usando los siempre eficaces encantos tsunderezcos que me abruman. Nuevamente, parece que eso no va a ser suficiente.
En fin, princesa protagonista con traumas infantiles conoce a humano súper amable quien tuvo una hija a los doce años cuya madre es la reina-madre de la princesa protagonista con traumas infantiles. No deja de ser una comedia infantil kawaii bien ambientada. Lo que sí es extraño es la impresión que Asuha me provoca, es como si la encontrase siempre muy feliz, animada, con los ojos abiertotes y con reacciones demasiado maduras para su edad, me recuerda un poco a la niña zombie de Alien Abduction.
Aunque igual es linda. Y bueh, eso es todo.
