5 de enero de 2011

Teoría de la EPC (desde ahora, Escala Personal de Calificación)

Cada vez que termino un anime, intento determinar el efecto que ha tenido sobre mí para así poder calificarlo dentro de una escala personal con la finalidad de etiquetarlo o como "muy bueno", "altamente recomendable", o como "omfg, y ahora a quién voy a trollear con esta serie".

Al ser pocas las veces en las que por compromiso ("pero le dije que lo vería"), por cuestiones de proporción (10/13 y recién me percato de que no soporto esos panty shots. No, wait a second), o por ganas de hacerme daño a mí mismo (no voy a poner ejemplos de esto último), decido acabarme una serie que no es de mi agrado, la mayoría de mis calificaciones resultan ser positivas. Desde luego, eso no significa que siempre se obtenga la puntuación máxima. En serio, para nada.

Para ser justos, la acción de calificar es algo que tengo que hacer at the moment (atm, es una expresión que me estaba muriendo por usar desde que descubrí su significado, malditos foros en inglés), es decir, justo después de haber finalizado el último episodio. Esto se debe a que, de esa manera, puedo valorar el último sentimiento percibido en un instante en el que para todas las distintas series es siempre el mismo. Poniéndolo de forma más sencilla, no es lo mismo determinarle cierta puntuación a un "anime A" a los cinco minutos de visto su final, que a otro "anime B", dos temporadas después. En adición, además del efecto final, en este punto se puede también calificar el last chapter en sí, lo que es algo sumamente importante para mí.

Hay un par de cosas que no pueden esperar hasta el final. La primera, bastante fácil de entender por qué, es la historia. Con excepciones como los slice of life, o marcando las diferencias entre la trama de una serie Gundam y la de una comedia romántica, me parece que, a fin de cuentas, una buena sucesión de eventos (es difícil no redundar aquí, eh) se da cuando se produce esa curiosa sensación de estar atrapado con los personajes, interesado por lo que se viene en el próximo episodio, cuando se empiezan a realizar conjeturas y no hay cuándo detenerse y, sobre todo, cuando el anime, siempre teniendo en cuenta su género, te sorprende.

El segundo punto clave que no puede esperar al final es todo lo que implica una adaptación de un manga, novela ligera o videojuego, a un anime. Esto es, la animación, el soundtrack, las voces e, incluso, el opening y ending. De hecho, han habido ocasiones en las que incluso los preview me han incomodado o parecido wannabe (ya, en serio) y aunque el desagrado provocado no tenga que ver directamente con la historia o los personajes, sí influye en mi apreciación sobre la adaptación en general. Btw (by the way significa "por cierto"), mi gusto por los opening y ending es bastante retorcido, así que siempre existe la opción de ignorarme en este asunto.

Al no ser yo un ávido lector de manga, ya que soy de los que prefieren ver primero el anime y, dependiendo de qué tanto me llegue a agradar y de las esperanzas de una secuela, migrar al medio escrito o no hacerlo; y considerando que este hecho también afecta a lo detallado en el párrafo anterior, el tema de los personajes es algo a observar de forma muy ajena a la creación original. No soy muy complejo en este punto. Esto es que o me complace la forma de ser de aquel protagonista, o de plano me parece terrible. Blanco o negro.

Entonces, con esta entrada pretendo dejar clara la manera en la que llevo mi escala personal, así como también exponer la prioridad que le doy al efecto final y al último episodio de cada serie (incluso los que van a tener próxima temporada). Es muy posible que inmediatamente después de publicada esta página, me lance a intentar crear una tabla en Excel que me permita calificar con números, pero no me aseguro ningún éxito.

Aunque definitivamente sí el intento.