4 de diciembre de 2010

Jugando —o sufriendo— I wanna be the guy (Parte 10)

I wanna be the guy es un juego difícil. Hay ocasiones en las que no importa qué tanto intentes superar una parte, simplemente no lo consigues. Sin embargo, cuando la frustración empieza a apoderarse de uno, de alguna manera u otra y no sin antes haber muerto un centenar de veces, se consigue alcanzar el otro extremo de la habitación. Sólo en ese momento descubres que no hay un save cerca y el que llegues al siguiente al primer intento no parece ser una opción que haya pasado por la mente del creador del juego. Entonces, mueres sin grabar y debes recorrer nuevamente el espacio que te costó tanto superar hace unos instantes.

Y lo consigues a la primera.

¿Cómo es eso posible? ¿No te había costado tantas muertes llegar al otro extremo del escenario la primera vez? ¿No tenías que morir cien veces más para lograrlo? Pues hay una norma bastante curiosa en I wanna be the guy, no interesa qué tan complicado sea un sector, una vez que consigues avanzar, la próxima será más y más sencillo lograrlo. La expresión para explicar eso se sentencia como "descubrir el timing", "el ritmo", "el truco", como sea necesario denominarlo. Basta con que identifiques el patrón de acción de las distintas piezas de la habitación, sea consciente (análisis) o inconscientemente (se repite tanto una misma parte que luego comienzas a esquivar objetos por reflejo), la segunda ocasión será más fácil.

Lamentablemente, existe lo llamado "excepción a la regla".


Tsuzuku...

Esta parte del video lo grabé luego de una amanecida en la que hice todo lo que tenía que hacer hasta el punto de quedarme sin ideas. En ese momento, se me antojó jugar I wanna be the guy. No es para nada lo más brillante que he hecho, y puede que justifique lo poco que consigo avanzar en esta grabación. De todas formas, no es eso lo importante, si es que progreso poco o mucho es cuestión de verlo con buenos ojos (menos avanza, más sufre, más divertido); lo resaltante de esto es que este sector del walkthrough hace de introducción a aquella "excepción a la regla" de la que comentaba en los párrafos anteriores. Aquella zona a la que nunca le descubriré el timing no importa cuánto muera. Sean cien veces. Sean doscientas.

Sean más.