Jinrui wa Suitai Shimashita: Primeras Impresiones

Antes de que se me haga más tarde, les voy a contar sobre mi estreno favorito de la temporada, tanto por lo que es por sí mismo, como por ser totalmente distinto a lo que esperaba: Jinrui wa Suitai Shimashita. Sin haber visto tráiler alguno, y con una sinopsis más vaga que las posibles primeras definiciones que tuvimos sobre la palabra alma —en serio, esa pequeña descripción del chart no le hace justicia—, la única retorcida invitación que tuve fue el diseño de Watashi y los colores utilizados en la ilustración. Oh, esos colores. Con estos motivos tan simples, no es de extrañar que cuando tuve la carpeta de Windows repleta de diferentes primeros episodios, el de la historia sobre hadas inteligentes e intermediarios de la UN no haya sido el archivo que más se me haya antojado abrir. De hecho, si no me equivoco, fue el último. Al menos de la primera tanda. Entonces llegó el descubrimiento, aquel que establece otra condicional en el apartado de las primeras impresiones, ya que, entretanto hay animes que atraviesan las distintas fases de, 1) ilusión por el video promocional, 2) decepción por x factores en el estreno, y 3) ¡hey, toma este grandioso final!; hay los que deciden sorprenderme mucho antes, puede que no tan antes como a los que sus sinopsis les describen lo suficientemente bien, pero sí en el momento adecuado y como tiene que ser. Jinrui wa Suitai Shimashita es una comedia absurda en un mundo en el que la humanidad la está pasando mal. Mientras se aprovecha de este contraste con ironías sobre panes que se desangran y aves parlantes desplumadas —cómo las describo sino, ¿desnudas?— que caen del cielo, lo surreal empieza a asomarse por una esquina. Esto es lo más brutal de la temporada en mi opinión, pese a que estoy seguro de que no todo el público lo podrá disfrutar, algún día, definitivamente, lamentarán no haberle prestado atención.

En serio, la escena del ave maría me ha destruido. DESTRUIDO.