23 de noviembre de 2010

The Amazing Spider-man: One Moment in Time

En medio del desorden generado por la llamada Guerra Civil, Spider-man tomó una decisión que todavía me cuesta encontrar dentro de lugar: revelar su identidad secreta.

El cómo esta acción resulta en muchos sentidos incompatible con todo lo que Peter siempre ha sabido, es decir, que el hecho de mostrar el rostro que hay tras la máscara pondría inevitablemente en peligro a todas las personas que le importan, es sorprendente. No sólo resulta irracional, sino que la contradicción presentada atenta contra uno de los principios que el universo de Spidey ha manejado, junto a otros como el de que el arácnido jamás cometerá un asesinato, nunca dejará de ser incomprendido por New York, su mala suerte continuará siendo tema recurrente, y tantos más. Revelar su identidad fue un duro golpe contra uno de los principios del cómic.

Pero justo por ello fue genialosísimo.

Qué sucedería luego, cómo afectaría eso a la vida del sorprendente hombre araña, cómo rayos haría para defenderse de todos los ataques que vendrían en camino sobre todo cuando, muy estúpidamente, en plena saga Peter decide cambiar de bando tras declararse en contra de que los súper villanos estén en una súper prisión. Lo cierto es que lo de súper prisión es algo más bizarro, lo suficiente como para hacerme dudar a mí sobre qué valores se encontraban en la escala personal de Stark. Como sea, el punto es que cambiar de bando tras haber mostrado su rostro no puede haber sido lo más inteligente que haya hecho Parker nunca jamás.

Más que nada considerando que se puso del lado del bando perdedor.

Lo que continuó fue inevitable. En violento resumen, Fisk, desde la cárcel, da órdenes específicas de asesinar a May y a MJ no consiguiéndolo por poco. Muy poco. La tía de Pete termina en estado de coma, Spider-man arremete contra el Kingpin haciéndole mucho, pero mucho daño, pero eso no puede arreglar nada. Tras muchos intentos inútiles por evitar que la señora Parker (la más vieja, claro) fallezca, los de Marvel deciden recurrir a los elementos mágicos. Es Mefisto quien les propone un retorcido trato al trepamuros y a su, en esos momentos, esposa: ¡un reset! A cambio de su relación, de su amor, de la weba asdfeosa conocida como su matrimonio.

Y, entonces, aceptan.



Lo bestial de esta decisión fue que no sólo sacrificaron su relación, sino que muchos trozos de historia que se supone habían sucedido a lo largo de sus años de matrimonio aparentemente desaparecieron también. No puedo decir que esto me haya afectado mucho, después de todo más allá de la serie animada de Spider-man, empecé con los cómics justo en plena Civil War; sin embargo, hubieron muchos comentarios en la web mostrando un mayoritario desagrado por "la tendencia de Marvel de solucionar cambios de trama relevantes con recursos mágicos". Y es que, en serio, casi puedo entenderlo. De verdad me resultaba interesantísimo el imaginarme un mundo en el que la identidad de Peter sea conocida.

Pero eso no era posible. Seriously, sólo hay que pensarlo un poco.

Tras este aparente reset que en realidad fue algo un poco distinto, muy aparte de las críticas y de las preguntas sobre el nuevo presente del protagonista, habían demasiadas dudas sobre el pasado. Finalmente, en One Moment in Time se cumple con explicar una de las cuestiones más importantes de entre las importantes: qué sucedió el día de la boda entre Peter y MJ. Que se supone que nunca se concretó.

¿No?

Este capítulo ha tenido drama a montones, me ha recordado mucho a One More Day y me ha agradado. El final ha sido refrescante. Pete había sido expuesto a una presión bestial en la saga anterior, si no le daban un respiro terminaría por volverse emo o algo así. No le culparía. Las últimas tres páginas han conseguido dar por zanjado cualquier elemento que provocaba ese ambiente de estrés presente alrededor del protagonista. MJ, es genial, una lástima que también con esto den por finalizado cualquier opción con respecto a ella.

Qué sucedió entonces, cómo es que todo el mundo olvidó el rostro de Spider-man. ¿Fue un reset total? Pues no. Tengo que admitir que yo estaba bastante confundido. Lo único que varió fue la no boda. Luego todo ha sucedido tal como se supone que tiene que haber sucedido, exceptuando algunos detalles en los que MJ fuese relevante. Dr. Strange se encargó tan sólo de borrar los recuerdos de todo el mundo. Tan sólo. Esto, con la ayuda de Red Richards y Stark; siendo las dos únicas personas que recuerdan todo, Peter y Mary Jane.

Lo retorcido es que debía ser sólo Peter quien recordase, pero en una jugada desesperada, decide que la chica Watson no debía olvidar tampoco. Esto le salió mal. Los últimos acontecimientos habían dejado una huella horrible a la fémina (y no es para menos), ella casi se convierte en la razón por la cual su familia sería asesinada e, incluso, ella misma estuvo al borde de la muerte. MJ se culpa de todo eso. Se da cuenta de que aunque Pete considere que él representa el peligro para todos los que le rodean, eso no es cierto. Él tiene el poder para defender a quien quiera, en cambio ella no. Él no es el problema allí. Lo es ella.

Al no olvidar lo sucedido, MJ decide finiquitar la relación que tenía con Parker. Si bien es cierto ellos nunca llegaron a casarse, aún mantenían una relación de pareja hasta ese entonces. A partir del ataque de Fisk, el dúo colapsa.

La historia se desarrolla a través de flashbacks cruzados con la conversación en el presente entre la ex pareja. El conversar al respecto ayuda a Peter a dejar esa etapa de su vida atrás y a poder ver algo más al final del camino. La mayoría de dudas que tenía sobre las alteraciones que provocó la magia de Mefisto quedaron resueltas. El futuro es incierto, pero no es que alguna vez no lo haya sido. Exceptuando a Madame Web, claro.

Lo que sigue: Origin of the Species.