19 de noviembre de 2010

Dexter: Take it!

Oh, fuck. Oh, fuck. Oh, fuck!

Cuando creía que el capítulo de House MD se llevaría el premio a la entrada de la semana sobre serie en inglés de temporada (de hecho, le di clic a "nueva entrada" pensando en escribir algo acerca de ella), el episodio de Dexter ha cumplido con dejarle bastante rezagada. Era inevitable, si no era Quinn directamente, tenía que ser alguien motivado por él, pero siendo stockeado no podía durar mucho el secreto del protagonista. Tenía que ser descubierto.


No estoy seguro de hasta qué punto el tipo de la cara fea (de quien sólo Deb se acordaría su nombre), habrá visto con su cámara. Dudo que sea más de lo necesario, porque sino Dexter se habría estrellado con un inevitable bad bad bad bad end. Además, no tendría sentido algo así. Puede que sólo se generen conjeturas (de la misma manera que estoy haciendo yo ahora o peor), pero definitivamente, y tal como sucedió con el policía negro en la segunda temporada, esto no puede terminar bien para los que espían al asesino. Y menos cuando se tiene una cara tan fea. A esos personajes siempre les pasa algo.

Algo malo.


Es ésta, pues, una trama híbrida de la historia del poli afroamericano con la de Miguel (el cuestionable único amigo de Dexter), en donde mi descuartizador favorito me está demostrando que puede cometer el mismo error dos veces. Y en dos casos distintos. ¡Y a la vez! Lo normal es que la persona con la que el forense de los Morgan comparte su secreto siempre (¡pero siempre!) termine muerto. La suerte de los stalkers no es mejor. Así que si todo resulta ser como se supone que va a ser, aún quedan muchas muertes, algunas poco justificables todavía siguiendo la retorcida escala de valores del protagonista; pero quién sabe, puede que algo rompa la norma. Y si eso sucede...

Pero el tipo feo va a morir, of course, yeah!