Hyouka - Episodio 7: El fantasma al ser examinado

Uno puede sentarse y ponerse a pensar acerca de si el tener un hermano es una dicha o una maldición. ¿Están ahí para hacer la vida más complicada o para prestar apoyo cuando se les necesita? ¿O es más bien una variable extra en la vida tan indistinta como el resto de condiciones que no se pueden determinar? Los hijos únicos no siempre sueñan con tener un hermano, y los que los tienen no desean siempre lo contrario. Sin embargo, hay los que sí. Y aunque no sea un pensamiento constante, que si lo es se estaría identificando un problema, resulta natural que en algún momento de reflexión la idea de encontrarse en la condición del otro —los que tienen hermanos, no tenerlos; y los que no, sí— haya pasado por la mente. Entonces, ¿cómo se imaginan los hijos únicos que es tener a un pariente directo al costado? ¿Hasta qué punto se idealiza y hasta qué otro se toman en cuenta las posibles diferencias? Houtarou-kun ha tenido la suerte de contar con una hermana desde que nació. Aquella hermana quien le instó para que se uniera al club de literatura clásica, y a la que él mismo califica de sobresaliente. Por su parte, Eru-chan, apegándose una vez más a su optimista y sana forma de pensar, ha vivido soñando con lo gratificante que hubiese sido tener a alguien menor a quien aconsejar o a alguien mayor en quien confiar. ¿Cuál será su reacción cuando el misterio del día les arrastre a contrastar su ilusión con la realidad frente a sus ojos? "Los hermanos que se imagina... me parecen flores marchitas" medita Oreki.

Por cierto, tengo una hermana menor y nunca le dije que era adoptada. Pero una vez le hice comer papel.

Los fantasmas no existen. Prácticamente todo el material relacionado con lo paranormal es falso o mal interpretado, y lo poco que sí es verdad, sólo podrá tacharse de cierto hasta que pueda ser verificado. Además, considerar a un evento no comprobado como válido es sólo el resultado de un intento por ser openmind, mas nunca el de la aceptación de ninguna de las pruebas relativas que se puedan ofrecer al respecto. Vamos, que los fantasmas no existen, cuando uno muere, se ha acabado todo, la energía que se queda cargada en los ambientes en donde habitó o murió el ser asociado es ambigua, imprecisa o irreal, las apariciones reportadas no son más que la vista de gente asustada fallando o fakes tan enormes como la mitad de las idol de Corea. Pero aún cuando existe o bien una certeza, o como mínimo un cierto grado de escepticismo y/o curiosidad de parte de las personas que han desarrollado cierta consciencia de la no existencia de estas entidades metafísicas, no hay una sola forma de reaccionar frente a alguna noticia sobre estas circunstancias. Por ejemplo, Satoshi menciona que preferiría que esto fuera real, aún cuando sabe que no lo es, ya que de esa forma tendría algo más de diversión. Por su parte, Oreki no revela el menor interés en el tema y directamente lo sentencia como falso e innecesario de tratar. A su vez, Chitanda resulta ser del tipo de persona —¡vaya sorpresa!— que ni niega ni defiende la idea, pero muestra una intensa curiosidad por el tema. Esto es que, a pesar que todos sabemos que no existen los fantasmas, cuando se presenta un evento paranormal, habrá quienes estén convencidos de que algo siniestro, retorcido y fuera de lo estándar ha ocurrido; mientras que también habrá quienes se diviertan con la posibilidad de que exista ese algo más; los que se desinteresen por defecto; o los que estén violentamente intrigados.

El misterio del día pretende tratar el apartado paranormal en el universo con reglas reales que Hyouka nos ha presentado hasta el momento. Partiendo de ese punto, es evidente que lo que vieron Eru y Mayaka no es un fantasma, sino una figura que les pareció tenía esa forma. Oreki sabe esto, pero a diferencia de él que se conforma con esta premisa y descarta la investigación, el razonamiento, el desgaste de energía y las respuestas a las preguntas claves como "qué" y "por qué", Chitanda no se detendrá hasta averiguar la respuesta a dichas cuestiones. Y con "no se detendrá" quiere decir que arrastrará a Houtarou en su búsqueda de resolución de interrogantes. Más allá de las pistas que se van mostrando conforme el episodio progresa —a diferencia de las series policiales, en el anime me cuesta más hacerle seguimiento al desarrollo del misterio—, es importante fijarse en la base del razonamiento de Oreki-kun. Él tiene las señales a su alrededor, pero se basa en dos principios sólidos, aquellas verdades absolutas, axiomas que no requieren explicación adicional que le valen de punto de partida para la recreación de lo que sucedió aquella noche: los hermanos se llevan mal y los fantasmas no existen.

Rie y Kayo son sólo un tipo de hermanas dentro del conjunto de tipos de hermanas que existen. No simbolizan la totalidad del mismo, la muestra es muy pequeña para eso, pero dentro de lo específico de su caso, hay algunas particularidades que se repiten en muchas de las relaciones filiales, y es justamente en lo que Houtarou se fija rápidamente e identifica como pieza clave, probablemente, al relacionarlas con el trato que tiene él mismo con su hermana. Los hermanos mayores fueron hijos únicos antes de que el siguiente hijo de sus padres naciera. Una de las principales diferencias de ser el único hijo en la familia es que la atención de papá y mamá no se dispersa, siendo el cariño monopolizado y concebido como el principal bien intangible del que el pequeño depende. Sin embargo, la naturaleza de esta dependencia es cuestionable, porque en un punto se pierde la la condición pasiva en la que el receptor sólo se dedica a lo que su rol sugiere, recibir, para pasar a un estado más activo en el que exige ese cariño, porque ya no es meramente un dependiente, sino que se siente poseedor, con el derecho del mismo. Entonces, el niño posee aquel elemento, el primero de muchos otros más o menos intangibles, en donde se pasa a hablar de bienes materiales, entiéndase por juguetes, vestiduras, alimentos, etcétera, que también reclama y posee. Cuando el segundo hijo se une a la familia, éste nace con un hermano mayor por defecto, con quien vive desde un inicio, acostumbrándose a aquella acción tan importante llamada compartir. Sin embargo, para el ex-hijo único, sí se presentan varios cambios notables, encontrándose entre ellos, la amputación de su derecho a poseer la totalidad de los bienes que sus padres podían facilitarle, aquella reducción de espacio que inconscientemente le afecta y, en consecuencia, altera su actuar. No es que Rie odie a su hermana, pero aunque tampoco sirva para calificar de positivo su proceder, el marcar sus pertenencias con su nombre no hace notar nada más allá del esfuerzo que aún mantiene por conservar su espacio. Hay otras razones que pueden arrastrar a uno de los hijos a tomar ese comportamiento, en ocasiones los hermanos menores recurren a la imitación, tal vez como herramienta de adaptabilidad o como efecto de la admiración que sienten por su hermano mayor, la distorsión negativa ocurre cuando conceptos como competitividad e identidad se ponen sobre la mesa. Nuevamente, razones por las cuales alguien querría marcar su espacio. Tú eres tú, yo soy yo.

Oreki consigue desenmarañar el misterio, se percata del apuro por el que Kayo-chan ha tenido que pasar para ocultar el haber tomado prestado el atuendo de su hermana, y esta explicación basta para satisfacer la curiosidad de Chitanda. No obstante, el descubrir que las hermanas no se llevan bien resulta ser un duro golpe para la muchacha, cuyos sueños parecían en ese instante muy alejados de la realidad. De todas formas —y aquí creo que puedo ocupar ya una conclusión más bien personal—, los hermanos no simplemente se llevan mal —salvo las excepciones que siempre existen, pero incluso en esos casos tiene que haber una explicación—, sino que así como existen los detalles malos, también están los buenos, aquellos que hacen que sí o sí, sea a corto o a largo plazo, este tipo de relaciones valga la pena.

Quiero cerrar con una imagen de Oreki pensando en Chitanda porque ha sido lo más genial que ha habido en el episodio. Bueno, tal vez no, pero así todavía sea temprano para admitir la aparición de sentimientos románticos por parte del muchacho, está claro que ha habido una evolución en su relación y que la efectividad de las aguas termales es del cien por ciento. Publicado el 08/06/2012