Bastaba con leer las encuestas en Team Liquid y escuchar los gritos de los coreanos en el coliseo, no era para nada necesario conocer su idioma para saber qué decían los mensajes en sus móviles, boletos y pancartas, el sentimiento y el deseo eran los mismos. En algún momento Heo Yeong Moo se llevó el cariño de todos, no por la victoria ante Flash, sino antes, quizá por ser la única esperanza protoss, tal vez porque volvía a incentivar los anhelos de muchos como en el pasado, probablemente debido a que el público sabía que se merecía la oportunidad de aspirar nuevamente al oro, o simplemente por lo de la leyenda de otoño. El encuentro entre Soo y Jangbi estaba decidido en los corazones de la gente, pero los números indicaban un futuro muy distinto, la pregunta era si al final se alcanzaría la alegría infinita de ver al héroe del momento salir vencedor, o si los sueños que construyó se desmoronarían otra vez tan cerca del final. Eso es, los de él, y los del mundo a su alrededor.
Voy a dejar de lado las recapitulaciones y enfocarme sólo en las partidas jugadas. Si Jangbi se hace con el primer lugar, sólo entonces, detallaré su recorrido y cuáles fueron sus principales logros en esta Jin Air OSL, ya que, en ese punto, sería necio si negase que se habría convertido en lo mejor del torneo. Por el momento, ya que no quiero que mis sentimientos se vean afectados al igual que con la caída de Stork en la liga de Ongamenet pasada, me limitaré a disfrutar —porque hay que hacerlo, es inevitable— de esta victoria que un experimentado protoss adicto a las psionic storm me ha brindado.
Sólo dos encuentros habían disputados los adversarios de turno según la historia, ambos en las preliminares del Dual Tournament pasado. Enfrentamientos que se podían contar con una mano, pero si uno tiene que basar predicciones en hechos estadísticos, con el par de juegos ganados por Eu Yoon Su, la balanbza se inclinaba claramente en una dirección. Si a eso se le sumaba el terrible indicador de Jangbi en sus partidas versus zerg, mientras se contrastaba con los estupendos resultados con los que contaba Soo en la respectiva viceversa, esto no hacía más que tornar más gris el ambiente. Los protoss en general han destruido mis esperanzas una y otra vez, han perdido contra terrans y contra zerg por igual, pero dado que, estadísticamente su debilidad contra la última creación de los Xel'Naga es notable, el miedo con el que veo cada match decisivo PVZ es cuestionable. Seré claro, cuando me senté frente a la PC y empecé a cargar el primer VOD, me estaba preparando mentalmente para lo peor.
New Bloody Ridge: Infinite Storming
De las tres partidas, la mejor en mi opinión. Será por el clamor del inicio, o por convertirse en el mejor remedio contra el pesimismo sobrejustificado, pero el desempeño de ambos jugadores me pareció bestial, aunque eso no evitó que uno de ellos se las ingenie para inclinar el aparente nivelado curso de los eventos a su favor. Lo cierto es que el empezar con gateway en lugar de un seguro forge hizo que mi ansiedad se incrementase —joder con Jangbi—, sobre todo luego de que la presión temprana fuera inexistente ya que, imagino yo, el protoss esperaba un 12hatch y no un 9pool.
Natural para el protoss, tercera y lair para el zerg, el spire no tenía por qué hacerse de esperar. El timing —o suerte en este punto, qué se yo— de Jangbi era como que demasiado genial, la prueba está en la oportuna entrada de un probe héroe a la principal de Soo con lo que Heo Yeong Moo se veía obligado a desplazar a sus zealots hacia adelante si no quería saltarse el ataque inicial.
De todas maneras, los mutalisk salen a tiempo y Soo controla fácilmente el primer ataque de zealots. Un desperdicio desde mi punto de vista, ya que el daño, si no fue cero, sigue siendo injustificado. Asumo que lo importante era intentar. Unos segundos Jangbi permanece por debajo en población, sin incrementar su número de corsairs, el cual se queda en dos, la urgencia de antiaéreos aumenta cuando los mutalisk avanzan hasta su natural. Además, el fortalecer su cantidad de gateways es necesario. Nuevamente, el timing es el ideal, tanto para los cannons, como para los archons —ambos, normal y dark—. En este punto, Soo habilita su cuarta línea de minerales.
Cuando Jangbi levanta su tercera base, los primeros intercambios reales se producen, es aquí donde el título de Infinite Storming empieza a cobrar sentido, pero por el momento es sólo un esbozo. El conflicto le da la ventaja al protoss, quien aprovecha para dar pie a una cuarta expansión. Mientras que Jangbi se ve en ligeros aprietos defendiendo dos expansiones a la vez, Eu Yoon Su da a conocer su propio plan: doom drop. O bueno, eso justo después de tomar su quinta base en terreno elevado sobre la principal de Jangbi. Es por este motivo que New Bloody Ridge me recuerda a Blue Storm.
Jangbi sorprende con su propio movimiento, un desembarque de high templars en la natural de Soo que hace daño considerable a la economía del zerg —¡y zomg, énfasis en el cómo pasó esa shuttle entre dos scourge en modo patrol!—. Ambos reaccionan ante este evento. El protoss razona que es un buen momento para adelantar sus tropas y atacar, y Soo inmediatamente levanta sus zerlings en los ovys posicionados en la quinta expansión y los lleva sobre la principal de Jangbi. No sé si Heo Yeong Moo se lo esperaba ya o si sólo fue coincidencia— no llego a identificar la pista para dar inicio a esa producción de cannons—. De todas maneras, esta vez el timing no es el ideal y, bajo ataque, el protoss se ve obligado a retroceder para proteger su base. La defensa es casi perfecta, si bien los fotocañones no llegan a cumplimentarse, la salida de las unidades en cola de producción y los refuerzos se las arreglan para salvar el día a tiempo y sin mucho daño.
En consecuencia, Jangbi avanza nuevamente su ejército con la intención de conseguir su quinta base —recordando que ésta es la última exceptuando la del centro del mapa—. El late game de Jangbi se conoce por ser notable y, no es por nada, pero esta partida lo deja clarísimo: el despliegue de psionic storms es lo más destructivo y abusivo que he visto en meses. Era como si nunca se quedase con un high templar sin setenta y cinco de energía. Imposible, imba, imba. El protoss se hace con su quinta expansión, por lo que el zerg toma la base del centro del mapa.
Aún así, luego de varios intercambios que involucran una violenta lluvia de poder psiónico y mucha sangre del enjambre, Soo consigue expulsar a Jangbi de su quinta base. Hasta ese punto, todo estaba, pese a los increíbles ataques de Jangbi, bastante equilibrado. Sin embargo, esto era sólo una ilusión de extropía, ya que, en juego avanzado, cuando se convierte en una batalla de desgaste, siempre se puede notar que uno de los dos jugadores es el que está al ritmo del otro. En este caso, pese a que Soo sea quien bota a Jangbi de su base, era notorio que era él quien se encontraba bajo presión. Esto es que la pérdida de la expansión de parte del protoss se debe más a un asunto de posicionamiento que de diferencia de tropas o administración macro.
Con eso mencionado, Jangbi no pierde la base por estar en desventaja en el juego, sino porque era preferible retroceder a continuar defendiendo algo que arrojase cifras negativas en los indicadores de su desempeño. El cambio de estrategia es agresivo, el protoss rompe con la base del centro del mapa y consigue avanzar hasta la quinta expansión del zerg. Los últimos requisitos para el final de la partida se presentaban.
Casi en paralelo con la caída de la cuarta línea de mineral del zerg, se presenta el último harass de drones bajo una lluvia psiónica —esto es genial porque parecía que todos los trabajadores de Soo habían sido movidos a la ex quinta de Jangbi y luego ¡pum!, todos muertos por una psionic storm, lol—. Entonces, con el número de tropas violentamente degradado como producto de los intercambios y la cada vez menor posibilidad de generar refuerzos, la balanza termina por determinar a un ganador. No tropas, no minerales, no larvas para competir con la cantidad de unidades enemigas. Good Game.
La ovación fue a la medida, el resultado de la encuesta en Team Liquid, también.
Pathfinder: Drop Defense(?)
Es natural que en un enfrentamiento modo box, uno vaya con estrategias planeadas tanto para el oponente como para el mapa. Eso es, tanto planes de acción, como de defensa como resultado del estudio de los juegos del rival. Pathfinder es ese mapa en donde Stork perdió al ritmo del ataque de Fantasy en la final de la OSL pasada. Un muy buen mapa para drops aparentemente, de tal manera que Soo no se lo pensaría dos veces. Hay que destacar la preparación de Jangbi para este tipo de situación. Como sea, en esta ocasión seré más breve, la reseña principal es la de New Bloody Ridge, es un hecho.
Es un clásico, inevitable, algo que se exige y, por lo tanto, un build order para el cual uno tiene que estar preparado. Hydra Bust luego de lair significa una única cosa, el enemigo está planeando un desembarque. Bueno, no es la única opción, pero si hay cincuenta mil overlords al costado de la base principal, entonces, no puede ser por otra razón. Jangbi cumplió con incrementar la defensa frontal y luego no dejarse sorprender por ningún flanco de su main. Aún cuando los hydralisks y lurkers alcanzaron el terreno elevado esperado, el protoss defendió impecablemente. La crisis fue ésa, sólo ésa, si conseguía no perder el control de la defensa sobre su base, no retrasar mucho más la producción de observers y, a la vez, contenía de la manera adecuada el resto del drop, como todo movimiento all-in, terminaría por ganar. Y así fue, Heo Yeong Moo lo logró. Next game.
La Mancha: My Early Push Time
Luego de caer en pensamientos rebuscados, dado el poderoso late game de Jangbi, es natural que se pretenda ganarle al principio, incluso en Team Liquid lo pintaron así, en el sentido de que lo que se preveía era ver a un protoss arrinconado al fondo de su base en todas las partidas. Soo falló al ejercer su derecho de un all-in por box. O bueno, no es que esa regla exista, pero era como si las bases para el desarrollo de la siguiente estrategia estaban dados. Era hora de ver a Jangbi atacando desde temprano.
Este juego debió terminar bastante antes de lo que duró. Lo dicen los pro. Y bien, a los cinco minutos estaba definido estratégicamente hablando. Soo, por su lado, con un plan estándar a largo plazo; y Jangbi, por el suyo, saltando la parte en la que se implementa stargate, para levantar dos gateways adicionales y reforzar con citadel of adun. No puede haber nada más letal que una piedra versus tijeras, pero es así como es Brood War. Luego de romperle la tercera base, Jangbi se dedica a —dicen por ahí— trollear tantito creando un dark archon y no finiquitando todo más rápido. Desde luego, en parte fue porque Soo entró en modo turtle y era imposible entrar a su base sin producir dragoons. El drama del zerg fue tener que recurrir a una expansión ninja a la una en punto y dedicarse a incomodar con sus mutalisks a pesar de estarse enfrentando contra dos archons y uno dark. Un drama, en serio. Como no se puede evitar, tengo que agregar algunas imágenes sobre lo mejor de la partida: maelstrom for the win. Ya luego la victoria era obvia, no es que tenga que agregar más.
Jangbang!
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