7 de septiembre de 2011

Y lentamente se acercó

Quisiera creer que desde el siete de setiembre del año pasado el blog ha crecido tantito. Más que en el sentido estadístico —lo cual es un hecho, a pesar de no ser lo más llamativo del mundo—, en lo evolutivo. Me agrada pensar que por sobre mis hiatus sin sentido, mis entradas inconclusas, los proyectos descartados y alguno que otro motivo más justificable, ha habido un cambio positivo, un crecimiento percibible, en apariencia, en contenido, en objetivos, en esencia. Poder concluir en que, aún sabiendo lo poco productiva que esta actividad es en mi existencia, esto de sentarse frente al ordenador y no jugar, leer, ver o escuchar, sino escribir,  comentar y compartir, tiene un sentido serio, suficiente, válido y especial. Desearía ser capaz de animarme y decir que vale la pena continuar, que puedo ver más allá de un segundo año, que el tiempo me va a alcanzar, que las dificultades se van a presentar, pero que no me podrán superar, que, de alguna manera u otra, esto tiene para más. Y, entonces, justo después de que uno se quede un momento en silencio, meditando sobre varios temas al mismo tiempo, estático, olvidándose del respirar, del hacia dónde se está observando, del mundo entero; es sólo en ese instante cuando uno se atreve a exclamar lo de "por supuesto que sí", levantar la mirada y redactar un nuevo párrafo con decisión.

eriohuh

Curiosamente Curioso en su versión 2.0, tal como está indicado en el apartado "Introducción", nació de la idea de compartir todo lo que me gusta. Diría yo que más allá de dar a conocer mis actividades, surgió de la simple, pero cuestionable afición por los registros, por el hecho de que todo se quede grabado, esa necesidad de dejar  constancia de que algo alguna vez sucedió. Es por ello que al principio las entradas tendían a lo sencillo, volviéndose más complejas conforme avanzaban las semanas; y que, a su vez, las ganas de actualizar por el mero hecho de dar a entender qué es lo que hacía, me obligaban a rebuscar por la web elementos con los cuales frikearme. Afortunadamente esto fue pasajero, aunque para bien o para mal, tengo que agradecerle a este patrón de comportamiento detestable, el haberme permitido conocer Transformice e interesarme por aprender a reseñar. Conforme los meses han pasado, es innegable que he mejorado, que he determinado un nivel, que ya no abandono las páginas a medias, que he conseguido la casi perfecta estabilidad. Y enfatizo lo de casi perfecta porque siempre estarán los problemas de disponibilidad versus el haber comprendido que la prioridad es hacer las cosas bien.

Con los cambios que he realizado esta semana en el blog, me gustaría arriesgarme a presentarle como una versión 2.1, la cual, aparte de la obvia modificación en el diseño —la cual puede seguir variando en los próximos días—, trae de la mano a un compromiso de mi parte por no dejar tirado este pseudo-proyecto por ningún motivo. Entre los cambios que deseo señalar se encuentra el nuevo banner, otra vez de Erio —en esta ocasión acompañada de su primo, pero sigue siendo Erio y eso debería bastar para hacerme feliz—, la adición del panel de páginas justo debajo del encabezado, el cual tiene como objetivo retirar algunos gadgets de la barra lateral —no es que quiera deshacerme de Zippy, pero...— y como soporte para la navegación; el nuevo tamaño de imágenes que será de 640 de ancho por defecto, así como el actual 560 para los videos —todavía no he hecho la prueba con 640, pero si queda bien, pues perfecto—, y la nueva combinación de colores, cuyas tonalidades están decididas, pero los colores en sí, podrían variar. Detalle menor: el uso de la línea separadora junto al aumento de la cantidad de entradas (10) en la primera página del blog.

Entre las cosas que sé que me gustarían concretar, pero que no puedo asegurar haré, se encuentra el desarrollo de un webcómic, el inicio del seguimiento de la creciente escena pro de Starcraft II, y el poder comentar los animes por episodio. Sin embargo, como desde hoy, siete de septiembre del dos mil once, hasta el próximo siete de septiembre faltan muchísimos días y todo puede suceder, no creo mentir si afirmo que al menos una de estas tres ideas termina por hacerse realidad. Por el momento, lo que más me importa es mantener el ritmo, no volver a abandonar entradas, y dejar de actualizar cuando llevo dieciocho horas despierto. Lo que sí, la imagen de Erio de esta entrada cuenta dentro de lo que aseguré en esta otra. Felicidades a mí *smileyface*.