Es como que lo de agrupar a cuatro chicas y hacerles "pasar el rato" a lo largo de doce capítulos se hubiese convertido en la idea de la década. Realmente disfruto muchísimo de cada slice of life que se me pone al frente, diría yo que sólo un poco más que para lo cual están preparadas estas series. No obstante, mis niveles de exigencia no tienen por qué ser menos que con otros géneros, sólo diferentes. Yuru Yuri tiene un par de elementos que hacen que le tenga un cariño especial: lo yuri del entorno, y Akari. Podría agregar a Chinatsu-chan, pero no al mismo nivel. Lo yuri es genial porque se presta para crear enredos amorosos y escenas cuestionables sin necesidad de tener que explicar por qué un chico y una chica son tan cercanos o procurar romper esas barreras invisibles entre sexos opuestos. Akari es comestible por ser como es. Cada ocasión que tiene para ser ignorada o provocar facepalms a diestra y siniestra es perfecta. Sobre todo cuando se le ignora.
No voy a escribir nada más sobre la serie porque, al igual que en Nichijou o A Channel, eso no me saldría bien. Lo que quiero decir es que cuando se trata de una comedia en sí, sin mayor desarrollo, el disfrute no está en las predicciones de los sucesos o en el crecimiento de los personajes, sino en cada broma que se haga. La única manera que encuentro de exponer qué es lo que más me ha agradado de Yuru Yuri en más de un párrafo es, o explicando las bromas —lo cual suxea, mucho—, o recortando partes específicas de los episodios, subiéndolas a YouTube y luego agregándolas a la entrada. Desde luego, ése es un plan que he tenido hace mucho, pero que no ha progresado lo suficiente. Apenas YouTube empiece a liberar algunos de los sketchs más genialosos, los pondré aquí. Sobre todo los que incluyan a Akari o a la retorcida Chinatsu.
O a las dos.
