Aquellas personas que no se sienten cómodas con su realidad —y esto incluye una diversidad de apartados— suelen tener casi siempre las mismas tres opciones: adaptarse, escapar o rendirse. Es bastante raro y severamente deprimente que alguien se rinda sin siquiera haber intentado hacer algo, por lo que —digamos— la tercera alternativa sólo se presentaría en caso de que las anteriores no hayan funcionado la cantidad de veces necesaria como para provocar que la estabilidad del individuo se desplome, o en otras palabras, se acabe su esperanza de encontrar una solución. El punto medio es, en consecuencia, el buscar escapar de esa realidad que tanto disgusta, sea consciente o inconscientemente; siendo éste el camino que la mayoría sentencia como fácil, muchas veces olvidando que esto acostumbra a no ser más que parte de un proceso, uno muy complicado. El huir de los problemas implica ignorarlos, minimizarlos, no afrontarlos, lo cual puede partir desde los más pequeños como "dejarlo para más tarde", "esperar que se solucione por su cuenta", o "borrón y cuenta nueva", hasta los más retorcidos que introducen conceptos como negación, manipulación o construcción de una más conveniente realidad. En estos últimos es un hecho que, pese a que amenace con ser un estereotipo ofensivo, gran parte de los usuarios de la red y, sobre todo de los juegos de rol, habitúan a refugiarse. Accel World no va exactamente esto, pero sí.
Dos razones para ver Accel World: Kuroyukihime y... bleh, no puedo pensar en nada más.
Haruyuki es otro de esos personajes masculinos a los que ya se tiene que estar acostumbrado: irritante, horrible, un fiasco —al principio—. Este tipo de atributos inicial es común por la necesidad de mostrar un crecimiento a lo largo de la historia, y viene acompañado de distintas reacciones, están los más críticos que descartan series dado que el disgusto es superlativo, los hay quiénes lo reciben con desagrado, pero alcanzan a asimilar la evolución del personaje conforme la trama va progresando, y finalmente, los que perciben sea el potencial oculto del prota o sus motivos según su relación con el contexto aceptándolo con discreción. Haruyuki no es el muchacho con falta de actitud y capacidad de decisión que impide que la acción tome lugar, se trata más bien de un chico que ha tenido una pubertad bastante dura y ha terminado reforzando distintos complejos que le impiden desenvolverse con facilidad delante de otros obligándole a recorrer sus días a la defensiva, pensando que todos los que se le acerquen lo hacen exclusivamente para aprovecharse o burlarse de él, y que el único lugar en el que puede destacar es en el mundo virtual.
El bullying afecta a las personas más allá de lo que los terceros pueden apreciar. No sólo se trata del hostigamiento o la exclusión en sí, sino a cómo lo siente el perjudicado. Es una cuestión de empatía, tal vez, aquella capacidad de ponerse en el lugar del agredido, y darse cuenta de que por sobre la amenaza de la que es víctima, se encuentra el estrés que se gana al no encontrar salida y al querer cargar con todo el problema por su cuenta, aún sabiendo que eso escapa de sus manos, con la única intención de evitar que otros se percaten de su posición, esto es que, es peor que "los demás se enteren" a la agresión. La atmósfera es muy bien expuesta en el episodio seis de Shigofumi, el cual plantea un escenario que no se le puede desear a nadie. Pese a que la relación con Takumu no es explicada completamente, es claro que Haru-kun no desea que éste se entere de lo que le está pasando, lo que le obliga a rechazar el apoyo que Chiyuri se esfuerza por facilitarle. El comportamiento del obeso protagonista puede calificarse fácilmente de horrible, pero es circunstancial. Su amiga lo sabe y por ello no se lo reprocha, aunque de todas maneras unas disculpas no estarían nada mal para más adelante. Al bullying hay que sumar su apariencia física y el cómo él se lo toma, porque hay que recordar que, pese a que suene a publicidad de Coca Cola, todo es una cuestión de actitud —y lo dijeron también en lo del manual de Ned—, pero claro, dada su pesadilla de acceso a Accel World, no se podía esperar nada bueno de esto.
Accel World
La tecnología usada en la serie es curiosa. Aparentemente, terminales físicos externos utilizados para la conexión a la red ya no son requeridos, posiblemente por la inserción de algún chip o sucedáneo en alguna parte del cuerpo humano, de tal manera que las personas tengan la facultad de poder hacer uso de, por ejemplo, las opciones de navegación de las que actualmente utilizamos a través de imágenes proyectadas directamente al cerebro. Esto es incierto, pero la opción de los lentes de contacto con funciones integradas es descartada por la posibilidad de la restricción de ondas cerebrales y la mención al neuro-link que hace presente Kuroyukihime. Ahora, si no se trata de inserciones de nanochips, podría tratarse de otras alteraciones, pero eso da igual. Lo básico es que el uso del linker es lo que permite el acceso a la Global Network que vendría a ser como una realidad aumentada —y que debería presentar riesgos parecidos a los vistos en .hack//SIGN—, lo cual es más que un juego de rol, es, de hecho, similar a la plataforma que conocemos hoy como Internet, sólo que más desarrollada. La comparación más acertada sería con el mundo expuesto en Summer Days, eso es, un entorno en el que se pueden llevar a cabo todo tipo de transacciones, únicamente que sin la necesidad de usar terminales.
Brain Burst, Burst Linker, había que agregarle algo de juego a la serie y qué mejor alternativa que la de los combates. Tiene puntos de vida, acción, estrategia y el tipo gordiTOT crece y tiene una armadura metálica brillante. Lo mejor es que mientras esté en clases puede crear un efecto de aceleración neuronal o mental o lo que sea, que le permite percibir su entorno a una velocidad ridículamente lenta, casi como si hubiese paralizado el tiempo, o como si fuese la ardilla de Vecinos Invasores luego de haber tomado café. Es grasioso porque sé que no va a sacar provecho alguno de esto. O quizá sí. En realidad, el Brain Burst es más siniestro de lo que parece, aquella capacidad para generar avatares en función a los complejos de los portadores es aterradora, es decir, si actualmente se considera una amenaza a la privacidad el que Google tenga acceso a nuestras visitas diarias para apoyar su negocio publicitario, o que Facebook haga lo mismo con lo que publicamos en su web, ¿qué rayos se supone que uno piense de un programa que revisa tus inseguridades para crearte un personaje de videojuegos? Es horrible, pero nadie dirá nada porque todos están muy concentrados viendo a Kuroyukihime.
En fin, let the games begin! By the way, aquella larga conversación-explicación entre Silver Crow y la tipa con alas me la estoy saltando adrede. Eso.
