La resolución de la segunda confrontación de esta Guerra del Santo Grial llega a nosotros gracias a la alianza entre Rider, Lancer y Saber —feat Archer—, quienes luego de un elaborado plan y una excelente coordinación, consiguieron desintegrar al monstruo inmortal de los tentáculos y a Caster. No me quedó claro si éste fue el fin de Berserker, pero dado el destino de su master, no es que le quede mucho tiempo más de vida. En resumen, un episodio de conclusión en el que se muestra un poco más los diversos matices que forman parte de la personalidad de ciertos personajes, pero, sobre todo, un gran esfuerzo en el despliegue de la acción. La decisión de Lancer, la más costosa en mi opinión, se apoya en principios de caballerosidad prácticamente muertos en estas fechas, sacrificar la integridad de uno mismo en búsqueda del bien común puede calificarse como un mero acto altruista de no ser explícito el entorno hostil y las reglas del juego en los que se soporta la historia. House lo diagnosticaría como un desorden metal, tal vez. El principio de supervivencia viene por instinto en los humanos y sólo los héroes y los desquiciados pueden pasar por sobre él. No es como si el caballero del lunar estuviese muriendo por destruir una de sus armas, pero éste es un evento que le pone en clara desventaja; y este tipo de acciones sólo las pueden ejecutar seres que tienen excesiva confianza en su capacidad, al no ser éste el caso, la caballerosidad de la que hace mención no es más que una maldición que en algún momento acabará con él.
No tenían muchas opciones, pero la idea es exponer la determinación de Lancer.
