17 de abril de 2012

Nazo no Kanojo X: Lazo misterioso

No, no es que tu amigo no tenga novia porque no sabe mucho sobre relaciones —aunque a su favor está el que a esa edad, ¿quién sabe tanto?—, sino que tu novia es rara. Rarísima. Nazo no Kanojo X va tomando forma, si se tratase únicamente de un esperpento experimental de salofilia lo habría droppeado en este segundo episodio, pero no, esto va más allá de eso, y tal y como había mencionado en la corta entrada anterior, éste  acto fetichista no cumple un rol distinto al de enlace único entre dos personas que se gustan. Es divertido porque la línea que separa la dependencia metafórica de la literal es tan delgada que parece fundirse y ser una sola, eso es que el protagonista tiene un gusto retorcido por la saliva y sentimientos por Urabe en conjunto, no de manera exclusiva. Tsubaki-kun hace todo lo posible por crear algún progreso con su pareja, la tendencia regresiva de sus intentos es prueba de lo complicado que es acercarse a una chica como su novia, además de dar una idea de la desesperación por la que pasa el joven hasta el grado de encogerse y revelar su desesperación delante de ella. Y la comunicación es la que crea el progreso, aclara los sentimientos y pensamientos de la indeterminable estudiante y le permite al protagonista alcanzar la tranquilidad y descubrir un nuevo nivel de placer. Oh, y las panty-tijeras son cosa monstruosa. Monstruosamente blanca, in fact.

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En serio, es interesante cómo crean un progreso basándose en el estándar, pero sin despegarse del aspecto retorcido.