4 de junio de 2012

Sakamichi no Apollon - Episodio 8: Estas tonterías

El bromance no es gay. O como mínimo no es gay por la razón obvia. El bromance es gay por el mismo motivo por el que la foca homofóbica suele saltar de su asiento y grita ultra gaaay. Aquel detalle que está más bien relacionado con los sentimientos en general que con la relación entre dos amigos casi hermanos. Vamos, que es gay por la parte del romance, pero en ese punto gay no significa homosexual y el bromance sería gay y no homosexual. ¿Un lío? No importa, la idea es que el bromance es una condición que se presenta entre dos hombres que han superado la marca de la amistad en la ficticia escala objetiva del compañerismo y que, por lo tanto, gozan de una confianza, empatía y sincronización que de otra forma no sería posible. No hay una fórmula exacta para conseguir una relación de este tipo, así como no la hay tampoco para ninguna otra, aunque siguen aplicando los mismos principios básicos que en todas las demás situaciones. Por el mismo hecho, las debilidades y las amenazas son similares, la vulnerabilidad existe, la asociación no se encuentra a salvo por defecto, y no sólo se trata de la posibilidad del fallo de alguno de los integrantes, lo cual es complicado que se presente adrede, no cuando se ha alcanzado este nivel —quiero decir, no es una amistad cualquiera—, sino que, tal y como indica el determinismo débil, ciertos eventos sí son aleatorios y la probabilidad a veces se pasa de relativa y desgraciada —eso último ha sido de mi parte—. Sakamichi no Apollon relata una historia que combina genialosamente tres elementos de una manera que no veía hace un buen tiempo en un anime de temporada: la amistad entre dos jóvenes, el enamoramiento y sus vicisitudes, y la música. A la fecha, luego de haber superado las incidencias que se presentaron en el festival cultural, el dúo protagónico tendrá que enfrentarse a una nueva complicación que, dados los precedentes, no hace sino elevar las ganas de reventar a la maldita circunstancialidad.

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¿Alguien más disfruta tanto como yo de los desgastados triángulos amorosos?

Un repaso de los eventos ocurridos en el arco del festival cultural es imprescindible. En primer lugar, la base clave del conflicto, dejando de lado un momento el cruce de sentimientos entre Sentarou, Yurika y Junichi, sería la aparición de Seiji-kun, cuyas ambiciones personales pondrían a prueba de forma directa, por primera vez, la amistad existente entre Sen y Bon. No es que se pueda acusar con severidad al joven de ser el malo en la historia, sobre todo cuando se tiene en cuenta lo relativo de este concepto. ¿Qué hace que algo sea bueno o malo? En un intento de eliminar la arbitrariedad con la que se podría responder a esta cuestión, se consideraría el criterio ético de los participantes en los diversos puntos críticos en los que hubo que tomar alguna decisión o influir en la de otro, mas en vista de la regla de oro "muy al final, cada quién es responsable de sus elecciones", sería primordial no confundir la persuasión y la manipulación suave con la coacción o peores herramientas. Por ello, cuando se analiza cuáles fueron los factores que provocaron el rompimiento de la relación entre los dos amigos, la intervención de Seiji no aparece encabezando la lista, sino la debilidad olvidada de Bon y la ausencia de una circunstancia previa que haya servido para evidenciar y convencer a los dos bros de la fuerza del lazo que los une y de la magia que sólo juntos pueden hacer realidad. Aún así, la presencia de Seiji no pierde su importancia, ya que si bien no es el agente detonante, sí es el motor del conflicto, en consecuencia, culpable indirecto de la solución final. Kaoru y Sentarou saben ahora que pueden confiar plenamente en el otro, que su amistad no tiene fecha de expiración, al menos no una planeada, y que por sobre todas las cosas, ante cualquier dificultad, lo único que necesitan es conversar. O hacer música, quién sabe. Esto es interesante porque recuerda el tema de los malentendidos tratado en Kimi ni Todoke. No quiero imaginar que lo próximo a verse sea tan persistente como en la historia de Sawako-chan, pero, de ser así, no se estaría siendo exagerado ni descabellado al predecirlo, considerando lo retraídos que son ciertos personajes en Sakamichi no Apollon, y lo torpes que son para transmitir ideas los restantes. En esta ocasión sólo se tuvo algo de suerte, Bon escuchó la verdad detrás de sus temores por casualidad y ésta fue agradable, ¿pero qué tal si no se hubiese averiado el sistema eléctrico? Tarde o temprano hubieran, de todas maneras, conversado al respecto y resuelto las diferencias, pero, ¿y si la verdad no fuese agradable? ¿Qué sucedería? Y eso arrastra a los dos jóvenes al siguiente arco.

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Los hechos narrados en el episodio siete son un intento de dar forma a lo que está por venir. La relación entre Yurika y Junichi finalmente se resuelve, previo repaso de ciertos flashbacks con el objeto de revelar vivencias y emociones de Katsuragi-san, quizá para volverlo más humano, quizá para justificar su conclusión. Todos cometemos errores, algunos más graves que otros, y no suele haber problema con eso, salvo que aquello afecte a otras personas. En adición, para conservar lo poco de integridad que le quedaba, la pared que intenta crear Junichi se muestra como un movimiento válido, pero no suficiente, Yurika es terca, decidida y sus sentimientos son fuertes. O tal vez sólo caprichosa. Jun pierde esa batalla y se derrumba, se apoya en una menor de edad y eso es complicado, tanto por las posibles represalias legales, como por lo duro que es ver a un mayor en esa condición. No obstante, el abrirse a ese nivel con otra persona suele ser un buen primer paso para potenciar un vínculo, la cuestión sería, ¿realmente se desea eso? Y aún cuando la respuesta sea afirmativa, ¿es lo mejor? ¿Para ambos? ¿Los demás opinan lo mismo? ¿Es eso importante? ¿Por qué? Y más. Junichi requiere urgentemente que alguien esté a su lado y Yurika quiere estar allí, si los padres de la chica están dispuestos o no a comprenderlo tiene que ver más con, o bien  una preocupación natural por su hija, o el riesgo que esto supone para su posición social. Un poco de ambos y siempre muy distinto al motivo de Sentarou: la aparente traición.

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Los sentimientos románticos son una putada. Esto dicho en un solo sentido, después de todo el enamoramiento es mucho más complejo, amplio, diverso, se ramifica infinitamente e intentar cubrirlo en su totalidad es un trabajo que no me voy a dar; por ello, la idea es enfocarse en lo que viene a cuento y eso es, el día de hoy, que los sentimientos románticos son una putada. En primer lugar, porque son muy difíciles de controlar, no imposible, pero muy muy muy difíciles. Lo normal es que no se consiga dominarlos y uno se enamore antes de que siquiera lo considere como opción. Es decir, si bien la forma como comúnmente se desenvuelven los seres racionales es, ingresando en una situación, analizando las opciones y eligiendo la que más le conviene, con el enamoramiento esto no se presenta en ese orden, sino que uno no selecciona, ni considera alternativas, sólo ingresa a la situación y listo. Sin embargo, aunque sirva para enredar aún más las ideas previas, lo racionalmente anormal es lo normal en lo irracional, y el enamoramiento es irracional. Entonces, cuando uno controla sus emociones —que como decía sí es posible— está presentando un comportamiento anormal, no común, lo cual no es incorrecto o inapropiado, de hecho tiende a lo esperado o ansiado, pero, de todas formas, no es lo más visto porque no es lo normal dentro del contexto irracional. La conclusión es que lo estándar es que uno no elija de quién se enamora, por lo que la existencia de triángulos, cuadrados, pentágonos o demás figuras geométricas amorosas es planteable. A quiere a B, entonces C se fija en D, porque no tiene sentido mirar a A. Ideal, no común. Sentarou no puede forzar a Yurika a quererle a él, no debería poder culpar a Junichi de meterse en su camino, aún así no puede evitarlo, porque es irracional, más allá de lo poco reflexivo que es el joven de por sí, porque esta vez está envuelto el caldo hormonal que provoca esos sentimientos románticos. De todas maneras, lo grave del asunto no es la intromisión de Jun, sino que fue Jun quien se entrometió. O sea, por el vínculo que tenía con Sen, por el respeto que su relación exigía, y por el conocimiento previo de las intenciones románticas del joven, el actuar de Jun es una traición horrible. Y no puede librarse de esta sentencia, ya que, así Katsuragi-san tenga sentimientos por Yurika-chan, esto sólo es válido dada la normalidad dentro de lo irracional del contexto —¿alguien me sigue? ¿Sí?—, mas no lo libra del juicio basado en los principios de la amistad.

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Los malentendidos y los sentimientos románticos no se llevan bien. Lo aprendió Sawako después de dos temporadas de anime, pero confío en que nadie sea más lento que ella y Kazehaya. Dicho esto, los sentimientos no son estáticos, sino que evolucionan, para bien o para mal, con la relatividad del caso. Como última base del nuevo arco, tenemos a una Ri-chan experimentando un cambio que le mantiene confundida, indecisa, después de todo, sus sentimientos por Sentarou no son recientes y alterarlos no era algo que simplemente sucedería. Ritsuko —en serio, ése es su nombre completo—, en principio, se percata de que empieza a ver a Bon de una manera distinta, los celos suelen ser un indicador determinante en esto del enamoramiento, es como si tu interior te gritara, "hey, ¿tienes dudas?, aquí tienes algo de celos, ahora, decídete", y suelen tener un alto índice de efectividad —eso es que no siempre es así—. Con la cambiante Ri-chan, el timing perfecto para el nuevo enredo se presenta, Sentarou descubre lo de Junichi y Yurika, Bon le hace saber que alguien más se fija en él, y, de alguna manera u otra, el cerebro de Sen hace clic y concluye de manera correcta. Ahora ya sabe lo que Ritsuko siente por él. O sentía. O todavía puede sentir. Con Bon sacrificándose por su amigo, Ri-chan atravesando una fase de cambio que justificaría cualquier actitud dubitativa, Sen percatándose pero sin aún mostrar reacción ante su descubrimiento, y los precedentes relacionados con Jun y Yuri, ¿cómo puede esto terminar bien?